Senadora Rosa Gálvez: “Cuando uno nada contra la corriente no hay más alternativa que hacerse músculos”

OSCAR VIGIL / TORONTO /
A propósito de las celebraciones del Mes Internacional de la Mujer, esta semana estuvo en Toronto la Senadora Rosa Gálvez, la única senadora de origen hispano que participa en el Senado de Canadá, para motivar a los miembros de la comunidad latina a que participen en la vida cívica y política del país.

La senadora Rosa Gálvez llegó como oradora especial al programa de Participación Cívica (School4Civic Program) que por segundo año consecutivo implementa el Consejo Canadiense para la Herencia Hispana (HCHC por sus siglas en inglés), y el cual busca precisamente promover la participación de la comunidad en la vida cívica y política de Canadá.

“La participación política tiene mucha importancia, porque cuando estamos participando políticamente estamos dándole ya forma, carácter a la sociedad donde vivimos, es una manera de integrar algunos valores que nosotros poseemos en el lugar donde estamos viviendo”, dijo la senadora, quien reside en la provincia de Quebec.

La funcionaria, de origen peruano, es la primera canadiense con raíces latinoamericanas en ocupar un asiento en el Senado de Canadá, que es la Cámara Alta del Parlamento Federal, y ha jugado siempre un papel importante en la vida del país, primero como académica y científica, y ahora en el campo político.

Ingeniera civil especializada en medio ambiente, era profesora de la prestigiosa universidad de Laval, en Quebec, cuando fue nombrada al Senado por parte del actual primer ministro Justin Trudeau, en lo que constituyó una primera ronda de nombramientos de senadores independientes basados en sus méritos, y no en afiliaciones partidarias. Hay que recordar que anteriormente el Senado de Canadá se dividía en grupos Liberal y Conservador, dado que habían sido nombrados con criterio partidario por los únicos dos partidos políticos que han gobernado el país, pero ahora los nuevos senadores nombrados son independientes de los partidos políticos, tal como es el caso de la senadora Gálvez.

Le pregunté si estaba satisfecha con lo que está haciendo a nivel cívico y político en Canadá, y me dijo que si la pregunta se la hubiera hecho hace más de un año, “cuando recién llegué al Parlamento, ¡le hubiera contestado ‘qué estoy haciendo aquí!’”.

Sin embargo, más de un año después, y luego de haber vivido la realidad parlamentaria canadiense, dice que ahora ya ve qué es lo que quiere hacer, “cuál es mi capacidad, cuáles son las ventajas desde mi puesto para mejorar la calidad de vida de mi grupo étnico, de mi grupo de género, de mi grupo profesional, porque tengo varios gorros que representan varios grupos, y estoy contenta de mi puesto”.

“Estoy trabajado fuerte para estar a la altura de lo que todos estos grupos esperan de mí, no es solamente ‘que bien que yo estoy ahí’, sino que hay mucha responsabilidad sobre mis hombros y trato de estar a la altura”, apuntó.

Preguntada sobre qué tan difícil ha sido lograr todos los éxitos que ha obtenido, desde la perspectiva de ser mujer y por ende partir de un terreno en desnivel, dijo: “No puedo decir que mi vida ha sido un lago calmado, ¡no!, ha sido un mar muy turbulento, con muchos obstáculos que he tenido que pasar, pero hoy en día puedo decir que cuando uno nada contra la corriente no hay más alternativa que hacerse músculos, y hoy en día los músculos están ahí”.

Explicó que sus primeros encuentros con el civismo fueron ayudando a las comunidades a mejorar la calidad del agua, del suelo y del aire, “es así como me integro a la relación con las comunidades, a través de la resolución de sus problemas ambientales”.
En ese devenir, tuvo que poner juntos a un alcalde, a un ministro, a ministerios, a grupos políticos, a municipalidades, y eso la preparó a poder hablar “diferentes idiomas”, el “idioma” del industrial con el “idioma” del gobierno, porque los discursos son muy diferentes, explica.

Durante el evento del School4Civic Program, el cual se llevó a cabo en la Universidad de Toronto y al que asistieron cerca de un centenar de personas, la senadora Gálvez habló cándidamente de su experiencia en el Parlamento Federal, del estudio de las diferentes iniciativas de ley en las que ha participado, y de los éxitos y de los sinsabores obtenidos en dichos procesos.

En la conversación con el público destacó particularmente su involucramiento en la discusión del Bill C-45, mediante el que se legalizó la marihuana y en la cual, como grupo de senadores independientes, hicieron alrededor de medio centenar de recomendaciones, así como también la promulgación del Bill S-218, mediante el que se proclamó el mes de Octubre de cada año con el Mes de la Herencia Latinoamericana, proceso en el cual participó lidereándolo muy activamente.

La senadora Rosa Galvez fue nombrada en el senado el 6 de diciembre de 2016 en representación de la provincia de Quebec, y actualmente es la presidenta de la Comisión de Energía, Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como también es miembro de la Comisión de Transporte y Comunicaciones del Senado de Canadá.

A la comunidad que llegó a conversar con ella esta semana le dijo que es fundamental que participe en la vida cívica y política del país, y que para participar políticamente hay muchas maneras de hacerlo, no solamente siendo elegidos como alcaldes o como diputados.

“Para comenzar, se hace votando y eso todo mundo lo puede hacer. Podemos trabajar con algún partido político, se puede también estar detrás de escena, alguien puede hacer trabajo de voluntario, alguien puede hacer alguna manifestación, alguna petición, hay muchas maneras, de participar, no solamente las más visibles, y todas son importantes”, explicó.