Salvadoreños en Ontario celebraron 27 años de la firma de los Acuerdos de Paz

OSCAR VIGIL / TORONTO /
Cerca de una veintena de salvadoreños residentes en la ciudad de Toronto y sus alrededores acudieron al llamado del Consulado de El Salvador en Toronto para celebrar 27 años de la firma de los Acuerdos de Paz con que se puso fin a 12 años de sangrienta guerra civil en el país centroamericano.

Hace 27 años, la mañana del 16 de enero de 1992, el gobierno de El Salvador y las entonces guerrillas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) estamparon sus firmas con las cuales ponían punto final a doce años de sangrienta guerra civil.

La ceremonia oficial, a la que asistieron el para ese momento saliente Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, el peruano Javier Perez de Cuellar, así como también decenas de políticos y diplomáticos de todo el mundo, se llevó a cabo en el icónico Castillo de Chapultepec, en México, país que había jugado un papel fundamental en el proceso de la negociación de la paz salvadoreña.

Desde entonces, muchas cosas han cambiado en el país centroamericano, muchas para bien, otras, lamentablemente, para mal. Lo que si es cierto es que ese 16 de enero de 1992 se convirtió en un punto de inflexión en la vida de los salvadoreños, marcando la historia entre el antes y el después de los acuerdos de paz.

Para conversar sobre este momento clave en la historia de El Salvador, la Cónsul General de El Salvador en Toronto, Kelly Arévalo, invitó a miembros de la comunidad salvadoreña de Toronto y sus alrededores a una mañana de reflexión en las instalaciones de la sede diplomática.

Fue la mañana del sábado 19 de enero, uno de los días más fríos del presente invierno canadiense, con tormenta de nieve y temperaturas que alcanzaron los -34 grados Celsius. Sin embargo, adentro de la sede diplomática, el calor de la conversación recordaba los perennes 30 grados positivos del trópico salvadoreño.

Fue una mañana de memorias, en las cuales el consejero de jóvenes Luis Carrillo, muy conocido por su trabajo con los jóvenes pandilleros latinos, contó algunas de sus historias al frente del trabajo de solidaridad con la lucha revolucionaria salvadoreño que realizó principalmente durante la década de 1980.

Habló del apoyo de las comunidades latinoamericanas y también de la comunidad canadiense, hizo análisis político, pero sobre todo contó anécdotas del proceso de negociación y particularmente del 16 de enero de 1992, cuando fue invitado a presenciar la histórica firma de los acuerdos de paz en México.

Marvin Martinez, por su parte, se refirió al conflicto armado vivido en la capital salvadoreña, su propia vivencia en un país convulsionado política, social y militarmente, y cómo vivió las celebraciones de la firma de los acuerdos de paz desde la Plaza ubicada frente a la catedral metropolitana de San Salvador.

La mayoría de los asistentes al conversatorio vivieron los eventos en carne propia, sufrieron mas o sufrieron menos los efectos del conflicto bélico, y celebraron algunos mas y otros menos el fin del conflicto armado. Pero dicho evento histórico marcó al país, y con ello a todas las generaciones.

Es el caso de Lorena Araujo, una joven salvadoreña que nació en 1991, y para quien la firma de los acuerdos de paz es mas bien el recuerdo transmitido por sus padres y las historias escuchadas en sus años en El Salvador.

Para ella, sin embargo, el final de la guerra salvadoreña tiene un significado especial, dado que puso fin a una ola represiva que produjo la muerte de muchos de sus familiares y el dolor, sufrimiento y persecución de sus padres. Ella es parte de esa generación de postguerra que le ha tocado vivir las secuelas de un largo conflicto social y de 12 años de guerra civil declarada, que se saldó con más de 70 mil muertos, 30 mil desaparecidos, miles de lisiados y alrededor de un millón de desplazados y refugiados, muchos de los cuales viven aquí, en Canadá.

Para la cónsul Arévalo, quien está al frente de la delegación diplomática desde finales del mes de noviembre del año pasado, es importante que los salvadoreños en el exterior no pasen desapercibida esta fecha, porque marca un momento fundamental para entender la historia de El Salvador.

“Con esa firma se puso fin a décadas de represión y dolor, y se dejó una etapa de dictadura. El Consulado de El Salvador en Toronto se une en esta fecha para conmemorar ese legado de esos Acuerdos, que hoy nos permiten hablar sin que nuestros derechos sean atropellados”, dijo a los asistentes.

Agregó que los retos actuales son distintos a los de hace 27 años, y que precisamente uno de ellos es que las segundas generaciones de salvadoreños que residen en el exterior no olviden que la paz y la transformación del país en la época contemporánea, tienen sus raíces precisamente en la firma del 16 de enero en el Castillo de Chapultepec, en México.