FRANCISCO REYES / TORONTO /
La noche del sábado 25 de agosto era perfecta para disfrutar de los eventos culturales tanto al aire libre como en los escenarios bajo techo en esta ciudad. Después de una ligera llovizna a media tarde las nubes si dispersaron, dejando al cielo mostrar sus claridades.
A las 8:00 pm, en los escenarios de Casa Maíz, en la zona noroeste de la ciudad, la Dominican Canadian pro Culture (DCPC) rindió homenaje a la poeta, dramaturga y ensayista Aída Cartagena Portalatín, en el centenario de su nacimiento, por ser una de las plumas femeninas de mayor trascendencia de las letras dominicanas y por haber ejercido una gran influencia en la poesía escrita por mujeres dominicanas posterior a ella.
La Sexta Peña Cultural Dominicana, que poco a poco ha ido calando entre los amantes del arte y la cultura de Toronto, reunió a decenas de participantes para disfrutar de la poesía, la música, la danza folclórica, la artesanía y la gastronomía del país caribeño, en una fusión con otros creadores artísticos hispano-latinoamericanos.
Al dar la bienvenida a los asistentes, el maestro de ceremonia, el escritor José Toribio, dio a conocer el objetivo principal de la organización, de “difundir en todas sus manifestaciones la cultura dominicana dentro del mosaico de las comunidades hispano-latinas insertadas en la sociedad canadiense”.
El locutor y cantor aficionado José Luis Bendezú tuvo a cargo la apertura musical del programa con canciones que arrancaron la ovación del público asistente.
A seguida, el poeta Puro Tejada leyó el perfil biográfico de Aída Cartagena, destacada además por su participación en el surgimiento del movimiento feminista de la República Dominicana, entre las décadas de 1930 y 1940.
La escritora Renée Castro-Pozo leyó dos poemas famosos de la poetisa, intelectual y catedrática dominicana, titulados “Una Mujer está Sola” y “Estación en la Tierra”, que la definieron como una creadora poética de superior calidad. Aída Cartagena es también autora de una pieza dramática titulada “Una Escalera para Electra”.
Los poetas José González, Paola Gómez, José Castro-Pozo, declamaron versos de su propia inspiración en los que se mostró la diversidad en los estilos de los escritores hispano-latinos de Toronto.
En el homenaje preparado por dicha organización cultural hubo una exhibición de pintura en la que se expusieron cuadros de Susana Guzmán (quien además ejecutó una danza folclórica dominicana) y muestra artesanal preparada por Carmen Camacho y Dulce Beato.
En la clausura de la primera parte del evento hubo entrega de certificados a la escritora dominico-canadiense Estela Caba, autora de dos novelas cortas, a las voluntarias María Camacho y Glendys Jiménez, y al pintor Luis Ramírez, quien interpretó varias canciones acompañándose con el instrumento de cuerdas conocido como el ‘Cuatro’.
El canadiense Michael Haka interpretó canciones famosas de los años 1960 y 1970, como una forma de mostrar la inclusión de las culturas hispano-latinoamericanas en el mosaico cultural canadiense.
Dentro del homenaje a Aída Cartagena, se hizo un acto de recordación al escritor salvadoreño Ernesto Jobal Arrozales, cuyo verdadero nombre era Ramón Portillo, fallecido en agosto del año pasado en Guelph, Ontario. Desde esa ciudad vinieron sus familiares y amigos, incluyendo su esposa María Portillo, quien leyó uno de los poemas del escritor fenecido, mientras que Jorge Escobar y Ernesto Merino le dedicaron unas canciones.
Durante el intermedio, los asistentes pudieron degustar algunos platos de la cocina criolla del Caribe hispano, entre los que se destacó el condimentado “Asopao”, como una especialidad gastronómica preparada por la chef Arelis Jiménez, propietaria de un conocido restaurante dominicano.
Mientras saboreaban la comida típica del mencionado país, hubo una rifa benéfica a cargo de Yosiris Mateo, de la DCPC, y donaciones voluntarias para los gastos incurridos en la preparación de la velada artística.
En la parte final del evento participaron los poetas uruguayos Teresa Mango-Barrotti y René Fuentes, mejor conocido en las tertulias literarias locales como ‘Juan Don Naides’, alegraron al público con poemas de su autoría.
La Peña Cultural Dominicana se ha convertido en un vehículo de integración entre los miembros de las comunidades hispano-latinoamericanas. La misma se celebra alrededor del 16 de agosto, fecha de la Restauración de la Independencia de la República Dominicana.
Los dominicanos se zafaron del yugo de 22 años de la dominación haitiana proclamando su independencia el 27 de febrero de 1844, pero en 1861 la nación fue anexada de nuevo a España. El 16 de agosto de 1863 un grupo de patriotas dominicanos la liberaron de la dominación española mediante una guerra que duró dos años.
En cada jornada anual, la Dominican Canadian pro Culture realiza un homenaje a un escritor de ese país, como una forma de difundir su literatura en el medio hispano-canadiense.
Los organizadores del evento agradecieron a la institución cultural Casa Maíz por poner a disposición su salón de eventos, así como a la firma de abogados ‘Carranza LLB’, el Restaurante ‘Quisqueya La Bella’ y a los medios de prensa Revista Debate, El Centro News y el Correo Canadiense por su apoyo a la difusión de la cultura dominicana en la ciudad de Toronto.