FRANCISCO REYES / TORONTO /
Desafiando la ola de calor que azota desde el fin de semana a esta ciudad, bajo un cielo despejado y un sol abrazador, organizaciones canadienses realizaron marchas de protesta el sábado pasado contra la separación de familias en los centros de detenciones para inmigrantes en los Estados Unidos.
La principal concentración popular opuesta a la política migratoria del presidente Trump tuvo lugar frente al Consulado General de los Estados Unidos en Toronto, localizada en University Ave, en pleno centro de la urbe.
Varios centenares de manifestantes procedentes de diferentes comunidades étnicas de esta ciudad acudieron a la convocatoria de la agrupación ‘No One es Illegal’ (Nadie es Ilegal) para oponerse también a la criminalización de los inmigrantes y presionar al gobierno federal con el fin de que termine con el Acuerdo de Tercer País Seguro que firmó con Estados Unidos en el 2004.
A las nueve de la mañana apenas había cerca de una docena de personas colocando carpas con propagandas políticas en la esquina frontal más cercana al consulado, al otro lado de la calle. Pero en menos de media hora, desde todas las direcciones, el flujo de participantes era notorio por la cantidad de pancartas en las que se leían consignas contra la política discriminatoria lanzada por el gobierno de Trump para penalizar inmigrantes que ingresan a Estados Unidos indocumentados y separarlos de los hijos menores de edad que los acompañan.
Al aumentar la multitud, agentes de los agentes de los servicios Policiales de Toronto se presentaron para acordonar y dar protección al consulado estadounidense.
En una de las jardinerías que divide la avenida, frente a frente al edificio diplomático, fueron depositados centenas de ositos y otros animales de peluche, para destacar la inocencia de los niños, mayormente hispano-latinos, separados de sus familiares y prácticamente enjaulados en dichos centros de detenciones.
La mayor parte de las consignas estaba referida a la violación de los acuerdos internacionales de protección a la niñez. Algunos padres de familias llegaron con sus hijos a la manifestación de protesta, en solidaridad con los cerca de 1,000 niños inmigrantes encarcelados en los Estados Unidos.