FRANCISCO REYES / TORONTO /
Con la participación de 800 personas de diferentes partes del mundo se celebró el pasado fin de semana, en la Universidad de York de esta ciudad, una Conferencia Internacional sobre los Derechos de los Refugiados.
El evento, realizado de jueves a sábado, fue organizado por el Congreso Canadiense para los Refugiados (CCR, por sus siglas en inglés). Pero distintas organizaciones comunitarias similares estuvieron envueltas en su planificación.
Temas relacionados con la migración y el refugio fueron tratados en ponencias específicas en diferentes salones para que los participantes (200 internacionales y 600 de Canadá) pudieran arribaran a conclusiones y exigir de los gobiernos una mayor responsabilidad frente a los refugiados, que cada día se agudiza más por razones fundamentalmente políticas.
En el primer día de la conferencia, el abogado Francisco Rico, director del Centro para Refugiados FCJ de Toronto, declaró a la prensa que “el objetivo de esta es hablar sobre los derechos humanos de los peticionarios de refugio en el mundo y hacer una evaluación real sobre los refugiados a nivel global. Además, sobre esa base, crear redes de contacto para que podamos, como sociedad civil, globalizarnos en el contexto de los refugiados”.
Al hablar de los asistentes, dijo que cada persona que había llegado estaba vinculada con organizaciones civiles, academias y universidades. “Pero también tenemos gente de ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) y representantes del gobierno canadiense. Otros países han enviado sus delegados, porque es un evento único en el contexto de la crisis de la movilidad humana”.
Al preguntarle en qué favorece la conferencia a los refugiados hispano-latinos de Canadá y los Estados Unidos, manifestó sin rodeos que “los favorece en el sentido de hacerlos visibles”. A seguida criticó al gobierno de Canadá porque “no ha querido que salga a la luz el problema de los 250 mil salvadoreños que perderán el TPS. No se habla públicamente del caso de los salvadoreños, los nicaragüenses, los hondureños, los haitianos y los africanos que perdieron el derecho a ser protegidos”.
Agregó que a ellos se unen los ‘dreamers’ del DACA y que no se sabe si los van a legalizar o no. “Hay una presión muy grande sobre estos dos programas. Hay participantes que trabajan con refugiados en los Estados Unidos y traen el tema como un elemento central de reivindicación”.
Otros tópicos que se trataron incluían el tráfico de humanos, la crisis de los refugiados en el Oriente Medio y la de los ‘Rohingyas’ en Burma o Myanmar, que se asilan en Bangladesh para escapar de la limpieza étnica en su país.
Al referirse al papel desempeñado por el Centro de Refugiados FCJ en la preparación de la conferencia, manifestó que “en nuestro centro tuvimos la labor de empezar a gestionar este evento con las organizaciones locales. La persona que coordinó este encuentro, en la práctica estuvo en nuestra oficina, que se convirtió en la base de operaciones para prepararlo”.
“Estamos metidos hasta la cabeza. Se trata de una cuestión de principios frente a los cuales nuestra organización siempre toma partido”, expresó entusiasmado.
Este medio de prensa tuvo confrontó dificultad para tomar fotografías, como si se hubiese tratado de un congreso internacional de líderes políticos clandestinos, no obstante la presencia de ACNUR, organismo ampliamente conocido de un extremo al otro del mundo, así como de representantes del gobierno canadiense, por lo que no se justificaba tal impedimento, considerado como obstrucción a la labor del periodismo libre.