OSCAR VIGIL / TORONTO /
El sistema migratorio canadiense podría estar a las puertas de recibir un fuerte flujo de inmigrantes latinoamericanos, concretamente de salvadoreños y hondureños que actualmente residen de forma legal en los Estados Unidos.
Durante los últimos días se ha estado propagando ampliamente en los medios de comunicación el temor de las autoridades canadienses ante una posible oleada de centroamericanos desde los Estados Unidos, a quienes se les va a vencer su permiso de residencia temporal conocido como TPS (Temporary Protected Status) en los Estados Unidos durante los primeros meses del próximo año, y el gobierno de Donald Trump no se los va a renovar.
En el caso de los salvadoreños (260 mil aproximadamente), el TPS les fue otorgado a raíz de los terremotos del 2001 y ha sido prorrogado cada 18 meses desde entonces debido a las dificultades por las que ha estado atravesando el país principalmente a causa de la violencia social. El permiso se les vence en marzo. A los hondureños (aproximadamente 80 mil) se les vence en enero.
A los haitianos también se les vence en enero del próximo año, pero dado que el gobierno estadounidense ya les dijo que el permiso no les será renovado, ha sido visible el flujo de los ciudadanos de dicho país a territorio canadiense, particularmente a la provincia de Quebec por razones idiomáticas.
En relación con el TPS de los salvadoreños y hondureños, el gobierno de Trump aún no se ha pronunciado con claridad, pero la mayoría de observadores consideran que corren con la misma suerte de los haitianos.
En este sentido, si la administración Trump les elimina el TPS, definitivamente existe la posibilidad de que muchos nacionales de estos dos países traten de emigrar a Canadá.
Analistas en los Estados Unidos consideran que los salvadoreños y los hondureños, con alrededor de 15 años viviendo en dicho país, se han incorporado plenamente a la vida productiva. Tienen ahí a sus familias, tienen trabajo, son en general personas con diferentes niveles de cualificación (obreros, técnicos, profesionales) que han vivido una vida legal en los Estados Unidos.
Y dado que en general son personas cualificadas y que tienen bastantes años de haberse establecido muy bien en los Estados Unidos, lo más probable es que una vez en Canadá pueden convertirse en agentes productivos para este país.
Pero uno de los problemas actuales es que, debido al Tratado del Tercer País Seguro que rige entre Canadá y los Estados Unidos, la mayoría va a tratar de cruzar la frontera por puntos ciegos, lo cual podría poner en peligro sus vidas.
El Tratado del Tercer País Seguro, que fue implementado en el año 2004, impide que una persona que haya solicitado refugio en alguno de los dos países lo haga de nuevo en el otro país a través de los puestos fronterizos, sin embargo, lo permite si la persona lo solicita dentro del otro país, es decir si previamente ha cruzado la frontera por algún punto ciego.
Otro problema es que actualmente existe muchísima desinformación en los Estados Unidos en relación con las políticas migratorias canadienses, tanto en relación con los programas para los refugiados como también en relación con a las posibilidades de inmigración a través de otros programas.
En este contexto, lo que muchas personas y organizaciones están proponiendo es que Canadá tome un papel proactivo antes de que este problema suceda y que ofrezca soluciones que pueden beneficiar tanto a los inmigrantes que resultaran afectados en los Estados Unidos, como también pueda ser de beneficio para Canadá.
Lo primero que debería suceder, plantean, es que Inmigración Canadá lance una campaña informativa sobre cómo funciona el sistema de refugio en Canadá, cuáles son las opciones que tienen y qué es lo que podría realmente suceder si las personas afectadas por la finalización del TPS cruzan la frontera y piden refugio.
Pero, además, plantean, se deben incluir en esta campaña informativa los diferentes programas migratorios con que cuenta Canadá (para profesionales, empresarios, estudiantes, etc.), a los cuales muchas de estas personas podrían acceder sin tener que arriesgarse a buscar refugio.
Como punto ideal, Inmigración Canadá podría también crear un programa especial que facilite la inmigración a Canadá de las personas que califiquen ya sea como inmigrantes independientes o como refugiados legítimos, explican.
En los próximos meses se sabrá con claridad si el presidente Trump va a prorrogar o no el TPS para los salvadoreños y los hondureños, sin embargo, ya para entones Canadá debería haber tomado cartas en el asunto y tratar de ver el eventual problema que se avecina como una ventana de oportunidad para aumentar su fuerza productiva nacional. Esa sería una perspectiva gana-gana para todos los involucrados.