VILMA FILICI / TORONTO /
Como es de costumbre con el gobierno de Harper, sus anuncios son siempre muy positivos y deliberadamente tergiversan la realidad. Esta semana, el Departamento de ciudadanía e inmigración puso en su página el siguiente mensaje. “El inmensamente popular programa de patrocinio de padres y abuelos se reabrirá en enero del 2016. Patrocinadores y candidatos ya se están preparando para lo que se espera sea un muy corto periodo de aceptación de solicitudes“. Y continúa aconsejando a las personas de que comiencen a llenar ya sus formularios para asegurarse de que sus solicitudes puedan entrar en los primeros días de enero dado que únicamente serán aceptadas 5,000.
Este anuncio tergiversado en materia migratoria me ha puesto a pensar por qué yo personalmente no voy a votar por el Partido Conservador, y estas son las razones:
1. El programa de padres y abuelos fue siempre un programa inmensamente popular y estaba de acuerdo con los objetivos del Acta de Inmigración en lo que respecta a la reunificación familiar. Pero el nuevo programa creado por el gobierno actual no sólo limita el número de solicitudes que se pueden introducir al año, sino que también hace prohibitivo para ciertas personas de clase trabajadora poder tener la dicha de reunificarse con sus padres y abuelos en Canadá.
Esto se debe no sólo a que el monto de dinero que se tiene que mostrar es 30% más de lo que se debe mostrar para otros patrocinios, sino que también porque se debe haber ganado esa cantidad durante los tres años previos a enviar la solicitud. Si el programa es tan popular, lo lógico sería que se aumentara el número de solicitudes permitidas anualmente y que se aumentara también el presupuesto para poderlas procesar, y no separar a familias de por vida al no agilizar los procesos.
2. El gobierno ha impuesto un requisito mínimo de conocimientos avanzados de uno de los idiomas oficiales de Canadá, con lo cual limita y discrimina a la mayoría de los países cuyos idiomas oficiales no sean los mismos de Canadá. Así, personas de América Latina tienen menos posibilidades de hacer su trámite de inmigración bajo las clases económicas, tales como los programas de trabajadores calificados, mano de obra especializada, empleados autónomos y otros programas bajo la clase económica.
Esta discriminación encubierta no se veía desde 1976, cuando por primera vez en la historia de la inmigración canadiense se comenzó a seleccionar inmigrantes basándose en méritos que no tenían que ver con la nacionalidad del solicitante. Lamentablemente hemos regresado al pasado, donde hay nacionalidades que son preferidas y a las cuales se les abren las puertas, mientras que hay otras que encuentran trabas que les dificultan el poder obtener su estatus en Canadá.
3. La discriminación y el racismo de este gobierno han sido latentes desde que formaron el gobierno, pero son aún más claros en estas elecciones. Por primera vez en mis 43 años de vivir en Canadá veo un gobierno que ha dividido a las comunidades étnicas y que ha creado xenofobia dentro del país en vez de promover la tolerancia y el respeto por nuestras diferencias, lo cual es la clave de nuestra sociedad multicultural. Y por esta razón, por primera vez también estoy viendo a conservadores y políticos del partido conservador rechazar a su propio partido, y en muchos casos abiertamente expresar su descontento diciendo que por primera vez es su vida no votarán conservador justamente por la división creada en la campaña.
4. La situación de los refugiados de Siria ha sido catalogada como la catástrofe más grande que hemos tenido desde la segunda guerra mundial. El gobierno no ha respondido debidamente y ha elegido mentir a la ciudadanía que ha estado reclamando a gritos que se les abran las puertas a los refugiados. Primero nos dijeron que se trataba de garantizar la seguridad de Canadá, pero eso es mentira, ya que tenemos procesos establecidos que permiten que se hagan todos los chequeos de seguridad en un periodo de dos meses para poder permitir que las personas en peligro lleguen a Canadá en cuestión de meses y no años, tal y como está sucediendo actualmente. Recientemente se publicó en los medios de comunicación que la oficina del Primer Ministro y no el Departamento de Inmigración es quien ha estado a cargo de seleccionar a los refugiados sirios que ya fueron pre-seleccionados por las Naciones Unidas. Y la selección de la oficina de Harper estaba basada en la religión de los refugiados y no en el peligro al cual se enfrentaban estas familias.
5. El habernos convertido en ciudadanos de segunda clase, a quienes se les puede revocar la ciudadanía aun si uno es nacido en Canadá, es tal vez el peor de los insultos que Harper y sus secuaces han hecho a las comunidades inmigrantes. La razón de que sólo se aplicara a “ciertos grupos” no es ni creíble ni es una razón justa. La Constitución Canadiense, en La Carta de Derechos y Responsabilidades del ciudadano, garantiza que “cada ciudadano de Canadá tienen el derecho de entrar, permanecer y salir de Canadá”. El cambio a la ley de ciudadanía no es solamente un insulto a las comunidades inmigrantes sino que también es ilegal.
6. Tal y como ya ha sucedido con por lo menos 14 leyes implementadas por este gobierno, estoy segura de que esta legislación va a ser declarada ilegal por las cortes y que el gobierno tendrá que eliminarla, pero esa intención del gobierno y el hecho de que la hayan pasado e implementado no puede ser ignorado. Si esta ley queda como está, se está fijando un precedente y la ley podría ser cambiada y afectar a personas que han cometido ofensas menores a las que hoy se mencionan. Con los cambios de ley directamente en contra de la Carta de Derechos y Responsabilidades del Ciudadano el gobierno ha demostrado su arrogancia y falta de respeto a la Constitución Nacional y al sistema judicial de Canadá. Definitivamente NO merecen continuar en el poder.
Hay muchas más razones por las cuales no voy a votar por el gobierno actual. Y para los que piensen que mi decisión tiene que ver con mi trabajo, quiero que quede claro que para mí y para mis colegas que trabajamos en procesos migratorios, los cambios que se han dado nos han generado mucho más trabajo que nunca. En realidad, en términos de trabajo se le debería dar las gracias a Stephen Harper, a Jason Kenney y a Chris Alexander por haber creado un sistema en el cual hasta el trámite más sencillo requiere ahora de un estudio profundo y preparación minuciosa del caso.
Pero dejando de lado mis intereses personales, yo no tolero la injusticia y el racismo al cual han sido sometidas muchas de las personas que han estado tratando de obtener o retener su estatus en Canadá. Como inmigrantes debemos tener claro que nos han tratado como inmigrantes y ciudadanos no preferidos y que nos han hecho blanco de discriminación y ataques. Hay que recordar eso el próximo 19 de octubre.