OSCAR VIGIL / TORONTO /
El origen del símbolo de la Whipala andina está en la intercepción de dos arcoíris, explicó Marco Guzmán, Secretario del Consejo Andino de Naciones Originarias (CANO), y la tarde del sábado pareciera que la madre naturaleza le rindió tributo a este acto simbólico, al dibujar en el firmamento los colores del arcoíris.
Bajo un cielo totalmente despejado, cerca de un centenar de personas festejaron el pasado fin de semana el equinoccio de otoño, es decir uno de los dos días del año en que la ruta del sol sigue perfectamente la línea ecuatorial, por lo cual el día y la noche tienen la misma duración.
El evento, que se llevó a cabo en la terraza de la Alcaldía de Toronto, fue convocado por el Consejo Andino de Naciones Originarias (CANO), que esa tarde del sábado izo por quinceavo año consecutivo la milenaria Whipala, en momentos en que sonaba el sacrosanto himno andino “El cóndor pasa”.
La Whipala es una bandera cuadrada que consta de 49 cuadritos con los siete rayos solares del arcoíris, con una gradación desde el más brillante hasta el más pálido. “Es un símbolo de resistencia contra los colonizadores y para los indígenas simboliza la reivindicación de sus derechos fundamentales como la libertad a la libre determinación y la soberanía territorial de la patria ancestral”, explicó Guzmán.
En el evento participaron diversos grupos nativos de las diferentes regiones de América. Entre ellos estuvo Chiqui Ramírez con Juan Fratti, mayas guatemaltecos, quienes presentaron una copia de la famosa pieza arqueológica “Ekeko”, patrimonio nacional de Bolivia, la cual fue retornada a sus dueños legítimos por Suiza luego de 156 años de haber sido sacada del país andino.
También participaron los grupos Tonatiuh, de México, el grupo de seniors de Davenport y Wayna Thakis, entre otros, que con sus notas y sus bailes transportaron a los asistentes hasta las tierras ancestrales latinoamericanas.