Andamos mal…

PanAmOpeningCeremonyGILBERTO ROGEL / TORONTO /
No se puede discutir que la ciudad de Toronto está de fiesta, cientos de turistas de diferentes partes del mundo están inundando las principales atracciones, el sistema de autobuses público, TTC, como pocas veces está brindando un servicio bastante eficiente y amigable, y el clima ha dado su mejor parte, brindándonos unas temperaturas frescas y no mucha lluvia.

Como es esperado el verano en Toronto es sinónimo de diversión, patios, calor, alegría, colorido, etc. Y esto es lo que muchas personas esperaban con la inauguración de los Juegos Panamericanos el pasado Viernes 10, pero desagradecidamente nada de esto pasó.

Personalmente me considero un seguidor de las presentaciones artísticas del famoso Circo de Solei, las pocas que he visto me han cautivado por su creatividad, su fuera de lo común, su rompe esquemas, pero la del viernes me defraudó, aterrizó a la cruda y triste realidad. Cualquiera que tiene acceso a Internet puede pasar varias horas deleitándose con los múltiples shows que esta compañía monta cada año en Las Vegas o acá mismo en Toronto, y algo de todo ello es lo que yo esperaba para este magno evento, algo que dejara con la boca abierta a todo el mundo Latino que iba a estar pendiente de lo innovador que Toronto iba a presumir.

Pero no fue así. Un buen amigo que tiene cierto nivel de experticia montando espectáculos musicales me decía el fin de semana que ciertos países de América Latina –llámese en vías de desarrollo- en años anteriores han montado shows inaugurales de eventos importantes con mejor colorido y creatividad que el visto en Toronto, y por cierto con menos dinero, pese a los conocidos vicios de corrupción que estos arrastran.

A lo mejor estoy equivocado cuando digo que “andamos mal” con este tipo de shows, quizás más de alguno de los defensores dirá que este espectáculo fue una clara muestra del Canadian Style de celebrar eventos con mucho pudor y serenidad, por ejemplo al destinar gran parte del mismo a reivindicar la cultura de los pueblos First Nations y el arte moderno; pero momentito, si por algo nos hacemos llamar la ciudad más multicultural del mundo, entonces que pasó en la inauguración, claramente la producción artística no estuvo a la altura de lo que se esperaba.

Aunado a ello viene la producción televisiva, off course que no está literalmente en manos del comité organizador ni de la misma ciudad de Toronto, sino en manos de un monstruo televisivo que se llama CBC, mundialmente reconocido por sus producciones deportivas como los Juegos Olímpicos de Beijing o las Olimpiadas de Invierno en Vancouver; pero acá naufragaron a lo lindo, como diría un buen amigo.

Lo grave del caso es que estos juegos en donde la política también juega una gran parte no se quedará afuera de las competencias, en las próximas semanas el gobernante partido Liberal tendrá que dar cuentas de la forma como gastaron o eufemísticamente hablando como mal invirtieron 2.1 billón de dólares Canadienses, y la venganza de los contrincantes tendrá mucha leña para echar al fogón.

Para bien o para mal los juegos apenas empiezan y el comité organizador deberá enrumbar mejor su estrategia de comunicaciones de cara a obtener los resultado que todo Torontoniense espera, que la ciudad luzca sus mejores galas y que el país saque la cara, contra los vecinos del Sur, que sin lugar a dudas han de haberse muerto de la risa al ver la pobreza y la falta de toque del espectáculo del pasado viernes.

Por ahora, personalmente es de destacar el papel de los cientos de voluntarios no solo Hispanos sino de muchas razas, quienes con sus camisetas multicolores están alegrando estos espectáculos, que en muchos casos la gente común y corriente ni siquiera sabe qué está pasado adentro de los estadios, únicamente saben que el trafico está de locura y deben buscar vial alternas. Bueno, ojalá y ya no sigamos tan mal.