LA CONJURA DEL DERROCAMIENTO DE ZELAYA: LA SOMBRA DEL COMANDO SUR
POR FRED ALVARADO* / TEGUCIGALPA, HONDURAS /
En la madrugada del 28 de Junio de 2009, el ex presidente Manuel Zelaya vistiendo ropa de dormir, fue secuestrado con violencia por un pelotón de militares encapuchados, entrenados tácticamente por las fuerzas especiales de Estados Unidos1, allanando la residencia presidencial con rifles de asalto como parte de una operación militar para trasladar al mandatario a la base de la Fuerza Aérea Hernán Acosta Mejía y ser puesto en un avión con escala en Palmerola, para finalmente abandonarlo en Costa Rica.
Manuel Zelaya recuerda con lúcidos detalles los momentos después de ser introducido en el avión en compañía de militares armados que cubrían sus rostros con gorros pasamontañas:
“La primera escala del avión fue en Palmerola. Cuando a mí me capturan en mi casa y me suben al avión, me amenazaron con sus armas y me amenazaron verbalmente. Cuando yo llego a Palmerola comienzo a observar por las ventanas movimiento de tropas, gente corriendo. No podría decir si estos militares eran hondureños o extranjeros, pero yo sabía que estaba en Palmerola. Eran como las 6 de la mañana cuando aterrizaron ahí. Recuerdo también que iban 4 militares adentro del avión, todos con la capucha puesta y con la pistola en la mano. Cuando yo le pregunto a uno de ellos: ¿para dónde me llevan oficial?, el militar respondió: “No tengo ninguna autorización para responderle preguntas”. Al menos respóndame ¿para dónde va el avión?, el oficial nuevamente contestó: “No tengo ninguna autorización de contestarle preguntas”. No insistí más. Estuvimos ahí como 20 minutos y volvimos a despegar rumbo al sur, entonces me dije: “Me llevan para donde Chávez”. Pero el avión dio otra vuelta y pasamos por Nicaragua. Yo creo que ellos andaban buscando donde aterrizar. Después aterrizamos en Costa Rica.”2
En repetidas ocasiones el ex gobernante afirmó públicamente que su derrocamiento fue planificado un año antes en la ciudad de Miami donde se encuentra la sede del Comando Sur de los Estados Unidos3, utilizando la Base Aérea Soto Cano para coordinar estratégicamente su destitución forzada en una operación militar conjunta con las fuerzas armadas hondureñas, como resultado del distanciamiento de Manuel Zelaya a las políticas de combate al narcotráfico propuestas en el Plan Mérida, su plan de recuperar la base militar de Palmerola, y las medidas que adoptó en 2006 que afectaron directamente a las multinacionales petroleras de Estados Unidos.4 Es importante resaltar que el Pentágono estadounidense mantuvo su presencia militar Fuerza de Tarea Conjunto Bravo en la base de Palmerola, sin suspender actividades de entrenamiento táctico a militares hondureños en distintos puntos del territorio hondureño, antes y después del Golpe de Estado.
Las revelaciones filtradas por Wikileaks en el cable diplomático5 de carácter clasificado 08TEGUCIGALPA459 del 15 de Mayo de 2008, enviado por el entonces embajador estadounidense Charles Ford a importantes dependencias y agencias de su gobierno, como la Agencia Central de Inteligencia CIA, Comando Sur, la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo, Departamento de Defensa, y la Casa Blanca, advierten de la amenaza que representaría Manuel Zelaya a los intereses estadounidenses refiriéndose de la siguiente manera:
“El presidente Manuel “Mel” Zelaya Rosales es un retroceso a la era reciente de Centro América (…). Existe un Zelaya siniestro, rodeado por asesores con lazos en Venezuela y Cuba. En pocas palabras, él no es amigo. La postura pública de Zelaya en oposición a la Guerra de los Contras y el establecimiento de la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo en la Base Aérea Soto Cano son manifestaciones de su punto de vista que responsabiliza a los Estados Unidos de la pobreza y dependencia económica de Honduras (…). Desde mi punto de vista, el siguiente año y medio de la administración Zelaya será extraordinariamente difícil para nuestras relaciones bilaterales. Las instituciones hondureñas y gobiernos amigos tendrán que estar preparados para actuar en privado y en público para ayudar a Honduras a seguir adelante. Vamos a necesitar, en mi opinión, que enfrentar a Zelaya cada vez que podamos para minimizar los daños y proteger nuestros intereses fundamentales.”
Un mes después que el embajador Charles Ford previene a su gobierno del perfil rebelde de Manuel Zelaya y la amenaza que representa a las relaciones bilaterales con Estados Unidos, el embajador es transferido al Comando Sur de los Estados Unidos con sede en Miami como principal asesor de Alianzas Público-Privadas del Comando Sur.6 El cambio estratégico de personal del Departamento de Estado y el Pentágono estadounidense, coincide con las afirmaciones del mandatario sobre los planes de su derrocamiento planificado en los Estados Unidos desde Junio de 2008, paralelamente a la visita del entonces Subsecretario de Estado John Dimitri Negroponte a Tegucigalpa7 para advertir a Zelaya sobre sus intenciones de alianza con Hugo Chávez y la firma del tratado de Honduras con Petrocaribe. El 4 de Junio de 2008, John Negroponte no solo se reunió con Manuel Zelaya, también se entrevistó en privado con el presidente del parlamento hondureño Roberto Micheletti quien asumiría un año después como Presidente de facto. Negroponte también sostuvo reuniones en privado con los ex presidentes Carlos Flores Facussé (1998-2002), Ricardo Maduro (2002-2006), empresarios y políticos influyentes. Por otro lado, Negroponte fue recibido con repudio8 por varias organizaciones populares, indígenas y defensores de derechos humanos que recuerdan al embajador estadounidense en Honduras (1981-1985) como una figura indigna, responsable de la implantación de la doctrina de la Seguridad Nacional en la creación de escuadrones de la muerte y desapariciones forzadas que profundizaron el terrorismo de estado en Honduras. El territorio hondureño, en especial la base aérea de Palmerola, fue utilizada para impulsar la ocupación militar estadounidense y la contrarrevolución nicaragüense, con la participación de mercenarios y torturadores expertos de Argentina y Chile durante el tiempo en que Negroponte fue embajador en Honduras; quien personalmente supervisó la creación de la base aérea El Aguacate donde Estados Unidos entrenó a la fuerza paramilitar denominada “la Contra” durante los años 80 para combatir todo movimiento de izquierda en Centroamérica.
El 25 de agosto de 2008, Honduras se adhiere al ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América) en un histórico evento en Tegucigalpa con la visita de los presidentes Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, entre otros invitados. El discurso de Hugo Chávez en Tegucigalpa fue recibido como una ofensa y afrenta al gobierno estadounidense al referirse de la siguiente manera:
“Mientras no nos liberemos del imperio norteamericano, del imperio yanqui, no habrá futuro para nuestros pueblos. Países dominados, países encadenados, esclavizados por mucho tiempo, ya basta. Hay que decirlo, aunque las oligarquías pitiyanquis de este continente salgan como fieras heridas. Son las oligarquías pitiyanquis que entregaron estos países a la voracidad del imperialismo yanqui. No nos importa que ladren. Dijo el Quijote de la Mancha un día: “Si ladran los perros es porque cabalgamos”, ladren oligarquías pitiyanquis, que nosotros seguiremos cabalgando el camino de la independencia, de la dignidad, del futuro de nuestro pueblo.”9
Por su parte, el Departamento de Estado enviaría a Hugo Llorens10 el 12 de Septiembre de 2008, como nuevo embajador de Estados Unidos a Honduras, sin ser recibido por el mandatario hondureño en señal de protesta. Zelaya Rosales decide momentáneamente no recibir las credenciales del funcionario estadounidense en un acto de solidaridad con el Presidente boliviano Evo Morales quien enfrentaba una crisis política interna que estuvo al límite de una guerra civil, acusando al gobierno estadounidense de injerencia y desestabilización en Bolivia promovidas por organismos estadounidenses tales como la USAID (Agencia de Estados Unidos para el desarrollo Internacional) y la NED (National Endowment for Democracy, por sus siglas en inglés).11
HONDURAS: REDUCTO GEOESTRATEGICO MILITAR DEL PENTAGONO
Desde la firma del Acuerdo Bilateral de Asistencia Militar en 195412, la Republica de Honduras, conocida peyorativamente como “República Bananera”13, haciendo referencia a uno de los países más pobres e inestables de Latinoamérica, ha tenido una larga historia de intervención militar norteamericana, conservando hasta la fecha el mismo patrón de expansión castrense y apoyo logístico en todo el territorio hondureño para entrenar a los militares hondureños en tareas de contrainsurgencia y la presunta lucha antidrogas. Su privilegiada ubicación geográfica en el centro de América Latina y el Caribe convierte a Honduras en una importante plataforma militar estadounidense que opera estratégicamente como centro de entrenamiento táctico avanzado y tareas militares conjuntas que dependen del Comando Sur (USSOUTHCOM por sus siglas en ingles). La extensión marítima de Honduras le permite a las fuerzas militares extranjeras controlar el mar Caribe y realizar operaciones de movilidad y monitoreo regional por sus fronteras marítimas con Colombia, México, Gran Caimán, Nicaragua, Cuba, Belice, Guatemala y Jamaica.14
Fue en 1954 que Honduras sirvió por primera vez como base de intervención militar cuando el gobierno norteamericano entrenó a mercenarios centroamericanos que encabezarían un Golpe de Estado anticomunista en contra del gobierno progresista del presidente Jacobo Árbenz en Guatemala. Las Fuerzas Armadas de Honduras sirvieron como conducto para introducir armas estadounidenses que llegaron a manos de los paramilitares que dieron el golpe.
Después de la revolución cubana en 1959, Estados Unidos utilizó el suelo hondureño para levantar una estación de radio (Radio Swan, La Voz Internacional del Caribe)15 en las Islas del Cisne, cerca de la línea costera de Honduras y Cuba, para lanzar una operación de propaganda clandestina planificada por la Agencia Central de Inteligencia CIA en su esfuerzo de desestabilizar a Cuba. Además, Honduras sirvió como territorio de entrenamiento a un grupo de exiliados cubanos que formarían parte de la fracasada invasión de Bahía de Cochinos en Cuba16.
En la década de 1980, Estados Unidos se apropia del territorio hondureño como plataforma militar para desatar una guerra de baja intensidad en América Central, añadiendo nuevos protocolos al Acuerdo de Asistencia Militar de 1954 que respaldaría el establecimiento de tropas estadounidenses a lo ancho del país para formar parte de numerosos ejercicios de entrenamiento. En 1983, Estados Unidos establece la Fuerza de Tarea de Conjunto Bravo (Joint Task Force Bravo) en Palmerola, como base de operaciones de inteligencia y contrainsurgencia en Centroamérica, donde se llevarían a cabo maniobras conjuntas a gran escala con las fuerzas militares hondureñas.17
El despliegue inicial de tropas estadounidenses en territorio hondureño fue de 1,600 militares de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos (U.S. Army) y más 270 instructores de las Fuerzas Especiales que darían entrenamiento en operaciones antisubversivas a las fuerzas salvadoreñas, hondureñas y guatemaltecas en el Centro Regional de Entrenamiento Militar (CREM) en Puerto Castilla, a 20 kilómetros al norte de Trujillo18. Entre 1983 y 1984, 5,000 militares estadounidenses formarían parte de un amplio entrenamiento militar conjunto y maniobras navales combinadas con el desplazamiento de buques de guerra estadounidenses en la costa caribeña. En Mayo de 1985, se despliegan 7,000 tropas estadounidenses y 5,000 soldados de las Fuerzas Armadas de Honduras en la costa norte con la llegada de 39 buques de guerra y anfibios de la Fuerza Naval estadounidense.
En 1987, la operación Escudo Solido involucró a más de 7,000 militares estadounidenses y 3,000 soldados hondureños, con una demostración a gran escala de fuerza militar en mar y tierra involucrando a 3,000 tropas estadounidenses de asalto desde helicópteros pertenecientes a la División Aérea de Fort Campbell y el desplazamiento marítimo de 1,800 militares de la naval estadounidense.19
La estrategia militar del Pentágono en América Central le permitió servirse del territorio hondureño como laboratorio de nuevos experimentos para hacer guerra a muy bajo costo económico, beneficiándose de acuerdos pactados con gobiernos dóciles y fuerzas armadas subordinadas a los planes de intervención estadounidense, utilizando su ubicación geográfica exclusivamente para su aprovechamiento castrense en el contexto de la Guerra Fría en Latinoamérica.
Los intereses de Estados Unidos en Honduras tuvieron un rol central en su estrategia de combatir cualquier amenaza originada de movimientos revolucionarios o gobiernos opositores a Estados Unidos a través de la Doctrina de la Seguridad Nacional, puesta en marcha mediante el entrenamiento de militares hondureños en la Escuela de las Américas en técnicas de contrainsurgencia: interrogatorios mediante torturas, infiltración, inteligencia, secuestros y desapariciones de opositores políticos, combate militar, y guerra psicológica.20
Honduras experimentó un incremento en el nivel de violencia política durante los años ochenta. La unidad de inteligencia, conocida como Batallón 3-16, fue un escuadrón de la muerte dirigido personalmente por el Jefe de las Fuerzas Armadas, General Gustavo Álvarez Martínez (1981-1984), bajo el apoyo logístico de la embajada estadounidense, implicado en 93 asesinatos extrajudiciales, 112 personas desaparecidas, y 108 casos de torturas documentados.21 De manera secreta, el gobierno estadounidense proveyó fondos para financiar a expertos contrainsurgentes argentinos destinados a entrenar fuerzas anticomunistas en Honduras. En una entrevista al diario estadounidenses The Baltimore Sun en Junio de 1995, Oscar Álvarez, teniente hondureño, entrenado en las fuerzas especiales estadounidenses y sobrino del General Álvarez Martínez, relató lo siguiente:
“Los argentinos fueron los primeros en llegar, y nos enseñaron cómo hacer desaparecer personas. Los Estados Unidos añadieron eficiencia. Los americanos trajeron el equipamiento. Nos dieron el entrenamiento en Estados Unidos, y trajeron agentes aquí para proporcionar entrenamiento en Honduras. Nos enseñaron técnicas de interrogatorio.”22 Es importante resaltar que el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989) proveyó financiamiento, armamento, y entrenamiento a Los Contras principalmente a través de la Agencia Central de Inteligencia CIA para combatir la revolución sandinista en Nicaragua. Esta información quedó plenamente documentada en la Corte Internacional de Justicia en 1986.23
A lo largo de la década de los ochenta, el apoyo financiero de Estados Unidos a la contrarrevolución benefició a militares de alto rango involucrados en narcoactividades dentro de las Fuerzas Armadas de Honduras, propiciando el entorno ideal para que traficantes de drogas coordinaran puntos de trasiego de narcóticos entre Colombia y los Estados Unidos.24 Oficiales estadounidenses y líderes políticos hondureños tenían conocimiento de las toneladas de cocaína que eran enviadas a los Estados Unidos pasando por Honduras.
Mientras los cuantiosos cargamentos droga cruzaban por el territorio hondureño hacia México y los Estados Unidos, la embajada estadounidense a través de la Agencia Central de Inteligencia CIA, tenía en su poder toda la información de los militares activos dentro de las Fuerzas Armadas de Honduras que facilitaron el tránsito de cocaína por Honduras; no obstante, la guerra ideológica contra el comunismo en Centroamérica, relegó estratégicamente al narcotráfico de la agenda oficial del Departamento de Estado, haciéndolo desaparecer de la opinión pública.
En los momentos que la Casa Blanca presionaba al congreso estadounidense para que reactivara la ayuda militar a los Contras, el informe del Comité Kerry25 publicado en 1989 por el senador John Kerry reveló que la guerra de los Contras estaba infiltrada por traficantes de droga quienes suministraban dinero, armas, y equipo a cambio de ayuda para introducir cocaína a los Estados Unidos, llegando a la conclusión de que miembros del Departamento de Estado también estuvieron involucrados en actividades ilícitas relacionadas al tráfico de drogas.
DE LA CONTRAINSURGENCIA A LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS
Las amenazas globales a la seguridad nacional de Estados Unidos han pasado por un proceso de mutación significativo desde la Guerra Fría a una realidad geopolítica mucho más compleja después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El impacto de los ataques llevo al gobierno estadounidense a declarar una “guerra global contra el terrorismo”, afirmando una política exterior de militarización en búsqueda de soluciones militares a cualquier amenaza transnacional que atente en contra de la seguridad de sus ciudadanos.26 El hemisferio occidental no está exento a la política de remilitarización a escala continental de la actual agenda antiterrorista del Pentágono mediante la criminalización de las resistencias populares, alianzas regionales progresistas y movimientos sociales latinoamericanos bajo estrategias geopolíticas de contrainsurgencia y paramilitarización a fin de preservar su hegemonía militar en América Latina y el Caribe.
Por su parte, la escalada y proliferación del narcotráfico declarada como una amenaza a la seguridad nacional norteamericana27 está estrechamente vinculada al vertiginoso proceso de militarización regional mediante el establecimiento de bases e instalaciones militares estadounidenses en puntos estratégicos del continente para operaciones de movilidad y combate al narcotráfico. El narcoterrorismo reemplazó al comunismo como la principal amenaza para los Estados Unidos en el continente americano. La denominada “Guerra contra las Drogas” ha demostrado imponer una agenda político-militar a través del papel preponderante de las fuerzas armadas bajo el apoyo logístico del Comando Sur y el financiamiento a iniciativas regionales de combate antinarcóticos.28
A fin de tener un panorama actual de la injerencia de los Estados Unidos en los asuntos internos de Honduras posterior al Golpe de Estado político-militar en Junio de 2009, es necesario poner en contexto la estrategia regional del gobierno estadounidense en fortalecer su presencia militar con el argumento de la lucha antinarcóticos, resaltando la importancia estratégica que ha representado Honduras |para el lucrativo negocio del tráfico de drogas. El Departamento de Estado de los Estados Unidos estima que hasta un 87 por ciento de todos los vuelos con drogas, que van hacia Estados Unidos desde Suramérica, pasan por Honduras.29
En 2008, la administración Bush impulsó la iniciativa Mérida como un acuerdo de cooperación de combate al narcotráfico y el terrorismo enfocado a dar entrenamiento, equipamiento y apoyo logístico a las fuerzas militares de México que abarcaría también a los países de Centroamérica. Esta iniciativa forma parte de las estrategias militares, policiales y de inteligencia de Estados Unidos. Para el caso Mexicano, la aplicación de esta iniciativa ha provocado la militarización de la seguridad pública y de extensas regiones del territorio mexicano, así como la imposición de una guerra que lleva en menos de seis años, más de 50 mil muertos, miles de desapariciones forzadas, y la criminalización de los movimientos sociales. La iniciativa Mérida persigue el modelo de intervencionismo externo del Plan Colombia con la doble lógica de reducir drásticamente la producción y exportación de narcóticos, por un lado, y fortalecer la campaña de contrainsurgencia contra grupos terroristas, por el otro. El gobierno norteamericano etiquetó de terroristas a los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional ELN.
Desde 1999, el Plan Colombia ha dado resultados infructuosos en el país andino con una mayor degradación de la guerra colombiana. Los multimillonarios aportes del gobierno estadounidense en el despliegue de tropas militares y fuerzas policiales militarizadas en la lucha al narcotráfico y el terrorismo han derivado en violencia generalizada y proliferación de grupos paramilitares a beneficio de las multinacionales estadounidenses y terratenientes dedicados al cultivo de palma africana en la producción de agro combustibles. Los terratenientes y grandes empresas han sido los principales beneficiarios del Plan Colombia ocupando grandes extensiones de tierra, unas 5,5 millones de hectáreas equivalentes al 10% de la tierra agropecuaria del país antes en manos de campesinos.30 En los años 1999 y 2000, Colombia firmó cuantiosos contratos con las transnacionales del petróleo (Shell, Exxon, BP y Chevron) al proponerse como objetivo prioritario implantar “medidas para atraer la inversión extranjera y promover la expansión del comercio”.31
La importancia geopolítica de Colombia, su dimensión territorial, y la combinación de diferentes amenazas, a saber, narcotráfico, crimen organizado, guerrilla, terrorismo, paramilitarismo, etc., han contribuido a que la ayuda estadounidense a Bogotá se torne masiva y creciente, retomando el modelo de intervención indirecta en los asuntos internos como ocurrió en Honduras con el apoyo de Washington a los Contras durante los años ochenta.32 Es importante reiterar que el combate al narcotráfico estuvo ausente de la agenda de los Estados Unidos en Centroamérica ocupándose principalmente de la guerra anticomunista, a diferencia del Plan Colombia una década después que enfatiza la presunta lucha antidrogas como un asunto primordial. En ese contexto, Washington entregó cerca de 6,000 millones de dólares a Colombia entre 2000 y 2008 aumentando drásticamente su presencia militar.33 El Plan Colombia ha demostrado ser un fracaso, a pesar de que el gobierno del país andino erradicó de modo masivo los cultivos de coca, aprobó la extradición de centenares de colombianos, militarizó masivamente la lucha contra las drogas, desmembró a los grandes carteles de las drogas, y rechazó todo tipo de política alternativa, el narcotráfico sigue creciendo y desarrollándose.
En 2009, El ex presidente colombiano Álvaro Uribe, al final de su segundo mandato, se inclinó a reforzar los lazos militares entre Colombia y los Estados Unidos justificando la lucha contra el narcotráfico como argumento para la ampliación del convenio que le permite al gobierno estadounidense tener acceso geoestratégico a 7 bases militares en territorio colombiano: Larandia, Tolemaida, Malambo, Palanquero, Apiay, Cartagena y Bahía Málaga. La tensión regional por la presencia militar estadounidense encendió el debate en el seno de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) y el Consejo de Defensa Suramericano en una cumbre extraordinaria convocada de urgencia en Bariloche, Argentina el 28 de Agosto de 2009, dos meses después del Golpe de Estado político-militar en Honduras. El presidente ecuatoriano Rafael Correa en su intervención expuso las siguientes valoraciones sobre el Plan Colombia:
“El Plan Colombia, que ha utilizado miles de millones de dólares, ha sido un fracaso. Quiero leerles las conclusiones de la Comisión de Investigación del Senado de los Estados Unidos compuesta por Barack Obama y John Kerry en Diciembre de 2005, y dice así: “El Plan Colombia está en marcha desde el 2000 para lograr los siguientes objetivos: primero, poner fin al conflicto armado; segundo, eliminar la producción y tráfico de cocaína; tercero, promover el desarrollo económico y social del país. Y la conclusión del informe es la siguiente: la falta de pruebas evidentes de progresos documentados en la guerra contra la droga y la neutralización de los paramilitares es desconcertante, considerando los millones de dólares aprobados por el Congreso destinados a financiar el Plan Colombia desde el año 2000.” Se ha demostrado que esta estrategia militarista es un fracaso en la lucha antidroga. Y no quiere decir que con más soldados extranjeros, con más aviones, y más radares, se va resolver el problema del narcotráfico, ese sería un grave error. El problema del uso de bases colombianas por fuerzas norteamericanas es un problema que atenta y aumenta el desequilibrio militar que ya existe en la región, y en consecuencia genera inestabilidad, afectando la paz en la región.”34
William Brownfield ha sido uno de los principales funcionarios del Departamento de Estado asignado al Hemisferio Occidental que ha desarrollado un papel protagónico en la política de intervención estadounidense y dar seguimiento al proceso de militarización regional con el Plan Colombia y el Plan Mérida. En 1981, Brownfield fue asignado como oficial en la embajada estadounidense en San Salvador durante la guerra anticomunista en Centroamérica en el tiempo que el embajador John Negroponte fue designado embajador en Honduras, donde ambos tuvieron un rol decisivo en la coordinación de operaciones militares encubiertas con militares salvadoreños y la creación de escuadrones de la muerte.35 Posteriormente William Brownfield fue asignado temporalmente como Asesor Político del Comandante en Jefe del Comando Sur entre 1989 y 1990 durante la invasión militar estadounidense en Panamá y el derrocamiento del régimen militar de Manuel Noriega por el delito de narcotráfico. Entre 2002 y 2004, William Brownfield fue designado embajador en Chile, recordado por sus declaraciones públicas el 11 de septiembre de 2003 en un evento público en conmemoración del Golpe de Estado de 1973 que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende coincidiendo con la fecha de los atentados a las Dos Torres Gemelas y el Pentágono en Septiembre de 2001, declarando lo siguiente:
“Aquellos que odian a los Estados Unidos, deben ser controlados, arrestados o eliminados.”
Dos años después del Golpe de Estado en Venezuela en 2002, Brownfield fue enviado como Embajador de los Estados Unidos a Venezuela (2004-07) con el objetivo de unificar a la dirigencia opositora y crear un ambiente para desestabilizar al gobierno socialista del ex presidente Hugo Chávez (1999-2013), acusado de promover el terrorismo internacional y proteger a varios líderes de las FARC denominados terroristas por el gobierno de George W. Bush.36
El Plan Colombia desde su creación en 1999 sería utilizado indirectamente por los Estados Unidos en su plan de injerencia en los asuntos internos del Gobierno Bolivariano a través de operaciones militares encubiertas y apoyo financiero, a fin de instalar en Venezuela un gobierno afín a los intereses corporativos estadounidenses. El presidente boliviano Evo Morales en su intervención en la Cumbre Extraoficial de UNASUR en Bariloche37, citó un artículo titulado “Empezar por Colombia” escrito por el senador estadounidense Paul Coverdell y publicado en The Washington Post el 10 de Abril de 2000, que decía: “Para proteger los intereses petroleros de Estados Unidos en Venezuela es necesario intervenir militarmente a Colombia.”38
En 2013, Wikileaks publicó un documento confidencial filtrado que revelaba una estrategia organizada por el gobierno de los Estados Unidos para socavar la Revolución Bolivariana mediante diversas acciones y financiamiento de más de 15 millones de dólares por parte de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) a Organizaciones No Gubernamentales en el país suramericano. El entonces Embajador William Brownfield envió un plan de cinco directrices39: “1) Fortalecer las instituciones democráticas; 2) Penetrar en la base política de Hugo Chavez; 3) Dividir el Chavismo; 4) Proteger los negocios vitales de EE.UU.; y 5) Aislar a Chávez internacionalmente.
En Abril de 2006, El ex presidente Hugo Chávez advirtió al Embajador Brownfield que podría declararlo persona no grata y expulsarlo del país si continuaba opinando sobre temas internos de Venezuela como un acto de provocación, calificándolo de “demagogo, ridículo, y cínico”.40 Brownfield fue transferido estratégicamente a Colombia en el periodo 2007-2010 durante el segundo mandato del ex presidente Álvaro Uribe, firmando el acuerdo de ampliación del Plan Colombia que concede el acceso de tropas y asesores estadounidenses a por lo menos 7 bases militares colombianas. Más tarde, William Brownfield seria juramentado como Subsecretario de Estado para Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley en Enero de 2011 para dar seguimiento al Plan Colombia y a la Iniciativa Regional de Seguridad para América Central (CARSI por sus siglas en inglés) como enmienda del Plan Mérida para los países de Centroamérica.
En su primera visita regional, William Brownfield visitó Honduras como parte de la agenda de intromisión de los Estados Unidos en los asuntos del hemisferio en la presunta lucha antinarcóticos, ateniendo la petición del gobierno hondureño post-golpe de implementar un “Plan Colombia” en Honduras.41
Después del Golpe de Estado de 2009, Honduras define una nueva agenda de seguridad plegada a la política exterior estadounidense. El golpe institucional, legitimado por la Corte Suprema de Justicia, significó un cambio institucional de gobierno y estableció una visión de seguridad inclinada a la lógica militar de los Estados Unidos en la guerra contra las drogas.42
Durante la gestión del ex presidente derrocado Manuel Zelaya se observó un evidente distanciamiento político-ideológico de la esfera de influencia política de los Estados Unidos en los asuntos internos de Honduras que incomodó al Departamento de Estado, deteriorando progresivamente las relaciones entre ambos gobiernos. El nombramiento de Jorge Arturo Reina como Embajador ante las Naciones Unidas no fue del agrado de la embajada norteamericana, sancionándolo con la suspensión de su visa americana por sus supuestas conexiones terroristas. El acercamiento de Zelaya con Hugo Chávez para formar parte de Petrocaribe a cambio de desestimar a las FARC como terroristas,43 y la presunta vinculación de Zelaya con el crimen organizado internacional,44 generaron desconfianza en el gobierno estadounidense sobre la aplicación de políticas antinarcóticas y del orden público. En Octubre de 2008, Manuel Zelaya propuso liberalizar las drogas, criticando duramente la política prohibicionista para el control de narcóticos. Zelaya participó del foro regional que reúne anualmente a jefes de organismos y encargados del tráfico ilícito de drogas en Latinoamérica y el Caribe, enfatizando lo siguiente:
“El tráfico de armas, drogas y personas son flagelos internacionales con entramados económicos muy fuertes y nos impiden a nosotros darles respuestas efectivas y precisas como pudiéramos hacerlo en un estado normal de legalidad, que es lo que nosotros proponemos a esta situación de ilegalidad del tráfico de drogas. Entonces, en vez de estar persiguiendo y matando narcotraficantes podemos invertir esos recursos en educación, formación para que el consumo y el vicio, fuera controlado y bajado en esa sociedad.”45
Estas declaraciones desestimaron públicamente la política antinarcóticos del gobierno estadounidense y sus diferentes iniciativas regionales de seguridad, aludiendo indirectamente al fracaso de las mismas. Esta propuesta fue expuesta cuatro meses después de la visita del entonces Subsecretario de Estado John Negroponte a Tegucigalpa para impulsar el Plan Mérida y resaltar el papel de los Estados Unidos en el combate al narcotráfico.46 Negroponte aprovechó la oportunidad para recordarle a Zelaya que Honduras ha sido un país aliado en lo que concierne a la política exterior estadounidense y advertirle sobre sus acercamientos con Chávez y las FARC. La campaña internacional en contra de Manuel Zelaya y sus lazos con Hugo Chávez de proteger al crimen organizado y al narcotráfico, fue la estrategia que sirvió para justificar el apoyo del gobierno estadounidense al Golpe de Estado.
Manuel Zelaya propuso como parte de la agenda oficial de gobierno, consultar al pueblo hondureño a través de una cuarta urna en las elecciones generales de Noviembre de 2009, para votar Sí o No a la conformación de una Asamblea Constituyente con el apoyo financiero de Venezuela a la iniciativa popular programada para el 28 de Junio.
Previo a la consulta popular, la “Union Civica Democratica” (UCD) en representación del sector empresarial (COHEP) bajo el apoyo financiero de la NED (National Endowment for Democracy) y la USAID47, la iglesia católica y evangélica, junto a los reservistas militares hondureños, realizaron movilizaciones masivas protestando en contra de la injerencia de Hugo Chávez en el país y pedir al Congreso la destitución de Zelaya. Mientras tanto la Embajada de los Estados Unidos en su papel de mediador, el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, y las Fuerzas Armadas de Honduras darían luz verde al golpe militar, restituyendo al Jefe de las Fuerzas Armadas, General Romeo Vásquez, quien había sido destituido de su cargo por el mandatario al rehusar obedecer una orden ejecutiva de proceder con la distribución de las urnas para la consulta popular. Romeo Vásquez procedió militarmente, obedeciendo la orden de la Corte Suprema de Justicia de arrestar a Zelaya la madrugada del 28 de Junio y expulsarlo del país.
La crisis provocada a partir de los eventos del 28 de Junio de 2009 marcó la historia de Honduras profundizando el proceso de militarización de la sociedad hondureña, exacerbando la inestabilidad del país. El Golpe de Estado permitió que los grupos de narcotraficantes colombianos cambiaran las rutas del tráfico de cocaína, convirtiendo al país en el principal punto de transferencia de la droga a los carteles mexicanos, impregnando al sistema político y económico interno de fondos ilícitos. Los grupos criminales han penetrado progresivamente los más altos niveles del gobierno hondureño. La corrupción en los últimos 5 años ha sido desenfrenada.48
LA REMILITARIZACION DE HONDURAS: EL FRACASO DEL PLAN CARSI
El ex presidente colombiano Álvaro Uribe fue el primer mandatario en reconocer internacionalmente al gobierno de Porfirio “Pepe” Lobo después que los Estados Unidos avalaran la victoria del Partido Nacional de Honduras en las nebulosas elecciones de Noviembre de 2009, reconociendo públicamente el resultado como un paso significativo para reestablecer el “orden democrático”49. La visita de Uribe a Tegucigalpa tres días después de los actos de juramentación presidencial, fue fundamental para afianzar las relaciones entre ambas naciones bajo el consentimiento del gobierno norteamericano en retornar a Honduras a la órbita de sus intereses hegemónicos en la región. Los convenios de cooperación para ejecutar un Plan de Acción en el tema de seguridad a partir de Febrero de 2010, establecieron la pauta en la agenda de gobierno de Porfirio Lobo en el proceso de “colombianización” de Honduras con el respaldo militar y logístico del Comando Sur.50 Las condiciones estaban dadas en el territorio hondureño después del rompimiento del orden democrático y la toma del poder por un gobierno plegado a los intereses transnacionales y a la política estadounidense de militarizar la región.
La criminalización de la oposición y la protesta producto de la polarización ideológica post-golpe, el conflicto por la tierra y los recursos naturales, los asesinatos selectivos de comunicadores sociales, periodistas, líderes sindicales, campesinos, abogados, militantes de izquierda, miembros de organizaciones de la diversidad sexual y movimientos populares, demostró que el plan de acción militar estaba en marcha con operaciones represivas y antisubversivas con el reposicionamiento de una política ultra-conservadora y militarista.
El 19 de Octubre de 2010, el Ministro de Seguridad hondureño, Oscar Álvarez, públicamente pidió al Subsecretario de Estado para Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley, David Johnson, un programa para combatir al narcotráfico en Centroamérica del tipo “Plan Colombia”. Según Álvarez, Honduras se vería beneficiado por la ayuda técnica, táctica, y económica por parte de los Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.51 Porfirio Lobo acepta crear una fuerza multinacional con el fin de integrar las políticas de seguridad domesticas del denominado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras, y El Salvador) bajo la asistencia de Estados Unidos.
En febrero de 2011, William Brownfield visita Centroamérica después ser juramentado como el nuevo zar antidrogas de los Estados Unidos para presentar un amplio programa de 200 millones de dólares como respuesta a la solicitud de Oscar Álvarez en la implementación de un plan de seguridad regional denominado CARSI (Iniciativa Regional de Seguridad para América Central).52
Alexander Main, analista de la política exterior de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, en su artículo de título: “¿El multimillonario plan de Biden ayudará realmente a Centroamérica? (Febrero, 2015)”, cuestiona la política de apoyo financiero de Estados Unidos a los países del Triángulo Norte donde los resultados de iniciativas como CARSI han resultado ambiguas e ineficaces, abriendo un debate en el Congreso estadounidense sobre el verdadero fin de estos fondos:
“En los últimos años, la mayoría de los fondos CARSI se han destinado al Triángulo del Norte a pesar de innumerables denuncias de abusos cometidos por la policía y el ejército, incluyendo ejecuciones extrajudiciales frecuentes. La participación de las fuerzas militares y policiales de Honduras en los asesinatos y ataques contra líderes de la sociedad civil, con casi total impunidad, impulsó a 94 miembros del Congreso de Estados Unidos instar a la administración de Obama el cese de toda la asistencia de seguridad a Honduras.”53
Las dos visitas del vicepresidente estadounidense Joe Biden a Centroamérica en 2012 y 2015 para reiterar su apoyo financiero a Honduras, Guatemala y El Salvador a través de iniciativas de combate al crimen organizado y narcotráfico, confirman que la política exterior estadounidense ha sido contraproducente y desacertada, quedando demostrado su fracaso por los elevados índices de muertes violentas en la región, considerada actualmente la zona más mortífera del mundo. La Organización de Naciones Unidas estimó que en el año 2011 se registraron 92 homicidios por cada 100.000 habitantes en Honduras, principalmente en San Pedro Sula y Tegucigalpa, etiquetando internacionalmente a Honduras como la capital mundial del crimen.54 A finales del 2011, el informe de la Comisión Global de Políticas de Drogas de las Naciones Unidas estimó que:
“La guerra global a las drogas ha fracasado, con consecuencias devastadoras para individuos y sociedades alrededor del mundo. Los inmensos recursos destinados a la criminalización y a medidas represivas orientadas a los productores, traficantes, y consumidores de drogas ilegales han fracasado en reducir eficazmente la oferta o el consumo.”55
En los últimos 5 años, la instalación y fortalecimiento de destacamentos militares en territorio hondureño y la presencia militar estadounidense bajo el liderazgo del Comando Sur, se consolidó de manera significativa.56 David Vine, antropólogo e investigador de la American University de Washington D.C., realizó un importante estudio sobre la estrategia silenciosa del Pentágono en el establecimiento de bases militares estadounidenses a escala global, tomando el caso de Honduras en la aplicación de la “estrategia del nenúfar”57, que consiste en la construcción de pequeñas instalaciones o bases secretas e inaccesibles con una cantidad restringida de soldados. Con esta nueva estrategia, el Pentágono estadounidense pretende asegurar puestos avanzados aislados e independientes ubicados estratégicamente con la posibilidad de expandirse en el futuro a bases más grandes si los militares estadounidenses lo consideren necesario. Las investigaciones sobre el avance militar estadounidense de acceso a bases militares hondureñas revelaron los siguientes datos:
“Hemos observado que Estados Unidos tiene acceso básicamente a cualquier instalación militar hondureña a la que quisiera acceder, algunas de estas bases militares pasan desapercibidas sigilosamente. Es muy difícil saber exactamente toda la extensión de la presencia militar estadounidense en Honduras porque mucho de ello es secreto, pero desde lo mejor que he logrado determinar, Estados Unidos tiene a acceso a por lo menos 13 bases e instalaciones militares en Honduras: 1) Base de Palmerola como centro regional de actividades militares donde se encuentra la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo; 2) Base naval de Caratasca para la lucha al narcotráfico; 3) Base naval de lucha al narcotráfico en Guanaja, Islas de la Bahía; 4) Base naval de Puerto Castilla ubicada a 20 kilómetros al norte de Trujillo; 5) Base de Operaciones de Avanzada en Mocorón, Departamento de Gracias a Dios; 6) Base Centro de Pruebas de Región Tropical (Tropic Region Test Center, por sus siglas en inglés) en Mocorón, Gracias a Dios; 7) Base área El Aguacate; 8) Base naval de Puerto Lempira; 9) Base de entrenamiento militar en Rio Claro, Trujillo; 10) Base militar de Naco, Cortés; 11) Zona de paracaidismo en Támara; 12) Base militar en La Venta; 13) Polígono de tiro en el Zamorano.”58
Las distintas bases e instalaciones militares por su ubicación remota y estratégica en la selvática región de la Mosquíta hondureña (Mocorón, Caratasca, Puerto Lempira) han sido utilizadas para ejercicios y operaciones conjuntas de tropas estadounidenses, instructores y agentes de la DEA y militares hondureños para la presunta lucha antinarcóticos. La investigación publicada en el New York Times en Mayo de 2012, realizada desde la Base Naval de Mocorón, sobre como las lecciones de contrainsurgencia aprendidas en Irak y Afganistán han contribuido a la guerra contra las drogas en Honduras, reveló lo siguiente: “La Armada de los Estados Unidos, usando lecciones del conflicto de la década pasada en la guerra que está siendo peleada en la selva miskíta, ha construido un campamento con poca notoriedad pública pero con apoyo del gobierno hondureño. El esfuerzo se basa en las duras lecciones aprendidas durante una década de contrainsurgencia en Afganistán e Irak, donde las tropas fueron desplazadas de bases gigantes a puestos remotos ubicados a gran distancia en zonas hostiles para enfrentar a los insurgentes.”59
El conflicto entre campesinos y terratenientes en los cultivos de palma africana en el Valle del Aguán ha dejado un saldo de más de cuarenta y cinco campesinos asesinados desde el golpe de Estado en 2009. En respuesta a estos conflictos el gobierno hondureño militarizó la zona con la ayuda del gobierno estadounidense.
La recién ganadora del “Máximo Premio Medioambiental Goldman”, Bertha Cáceres, por su lucha y defensa del patrimonio natural hondureño y la soberanía nacional desde la coordinación del COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras)60, se ha opuesto firmemente al proceso de remilitarización y establecimiento de bases norteamericanas en territorio hondureño en espacios y foros regionales con la proclama “América Latina, territorio de paz”, denunciando internacionalmente en 2013 que los Estados Unidos planea instalar “la mayor base militar” de Latinoamérica en Honduras, que podría ser utilizada como plataforma de agresión a Venezuela. Además afirmó que en esa misma zona las autoridades hondureñas han firmado “la entrega de 3 millones de hectáreas terrestres y marítimas” a la transnacional British Gas Group para la explotación y exploración petrolera:
“Esta base también amenaza a los pueblos hermanos (…) siempre se ha utilizado a Honduras como plataforma para el avance de la ocupación militar, el intervencionismo y la militarización, así como sucedió en los años 80 contra Nicaragua y toda Centroamérica. Esta vez podría ser contra Venezuela y Cuba. Esto no es casual, ya que esta zona además de ser muy rica en recursos hídricos es estratégica, y el objetivo de EE.UU. es saquear y militarizar la región.”61
La intención de los Estados Unidos en construir esta base militar a gran escala como plataforma de agresión, obedece a la estrategia de “la Media Luna” que el Pentágono diseñó en la región del Caribe, Centroamérica y Colombia como parte de la guerra económica norteamericana a Venezuela. El académico hondureño y analista de temas internacionales y geopolítica, Nelson Ávila, hace referencia a esta estrategia describiendo el siguiente panorama:
“Ahora nos enfrentamos a una evidente tarea especial del Pentágono que observamos a través de la guerra económica que Estados Unidos ha estableciendo en contra de Venezuela de forma mucho más directa, aunque no están excluidos otros países como Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, y Brasil. Esto se circunscribe a lo que se conoce geopolíticamente en el Pentágono de los Estados Unidos como el quinto frente de guerra simultanea mundial que es: “la Estrategia de la Media Luna”, se llama así porque geográficamente están concentrados 3000 militares estadounidenses en Haití, Guantánamo, Honduras, Costa Rica, Panamá y luego Colombia, formando una media luna. El Pentágono ha definido que es posible enfrentar 5 frentes de guerra simultánea, uno de ellos es Afganistán; el segundo Irán; el tercero Corea del Norte; el cuarto en el Medio Oriente; y el quinto contra cualquier proceso de transformación en América del Sur.”62
Desde el 2014, Juan Orlando Hernández ha fortalecido sus relaciones de cooperación militar con el Comando Sur, profundizando el proceso de militarización de las fuerzas de seguridad en el territorio hondureño a fin de proteger los intereses transnacionales estadounidenses. El gobierno norteamericano solicitó al gobierno hondureño la nueva llegada de 250 Marines de la Armada de los Estados Unidos a la Base Aérea Soto Cano para realizar tareas conjuntas con los militares hondureños para Junio de 2015. Hernández asume el poder Ejecutivo en Enero de 2014 como resultado de dos fraudes electorales consecutivos en las elecciones internas de Noviembre de 2012 y las Elecciones Generales de 2013, avalados por el Tribunal Supremo Electoral. Desde 2013, Juan Orlando Hernández allanó el camino para la reelección presidencial desde su gestión como presidente del Congreso al asestar un “golpe de Estado” en la madrugada del miércoles 14 de Agosto con la destitución de los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.63
*Fred Alvarado es un periodista y documentalista hondureño. Su ensayo ganó el premio de periodismo investigativo inaugural “Escribir Sin Miedo” lanzado por PEN Canadá / PEN Honduras en el 2015.
NOTES
1 Ejercito de Honduras. TESON, Cuerpo Elite de las Fuerzas Armadas de Honduras creado con instructores de las fuerzas especiales y Rangers estadounidenses.
2 Entrevista al ex presidente Manuel Zelaya Rosales, 8 de Abril de 2015, Tegucigalpa, Honduras. Un día antes de su participación en la Cumbre de los Pueblos en la ciudad de Panamá del 9 al 11 de Abril de 2015.
3 “Todo indica que el golpe fue planificado en la base militar de Palmerola, por el Comando Sur de EE.UU., y ejecutado torpemente por malos hondureños”, fragmento de la carta del presidente Manuel Zelaya al pueblo hondureño. República Dominicana. 28 de Junio de 2010.
4 Nikolas Kozloff. “Zelaya, Negroponte, y la Controversia de Soto Cano. El golpe y la base área de EE.UU. en Hondura”. CounterPunch, 24 de Julio de 2009.
5 Wikileaks: Ambassador Charles Ford, 08TEGUCIGALPA459_a May 15, 2008. Classification: Secret. Tegucigalpa, Honduras.
6 Charles A. Ford served as Advisor on Public Private Partnerships to the Commander of U.S. Southern Command from 2008-2009 and Ambassador to Honduras from 2005-2008. The American Academy of Diplomacy. January 17, 2014.
7 La Prensa. “Subsecretario de Estado visitara Honduras”, Tegucigalpa, Honduras. 2 de Junio de 2008.
8 Dick Emanuelsson. “Hondurans protests Negroponte Visit”, June 5, 2008. Meeting Point / COPINH. Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Comunicado de Prensa Urgente, 2 de Junio, 2008.
9 Canal 8. Discurso de Hugo Chávez en Tegucigalpa, evento de adhesión de Honduras al Alba. 27 de Agosto, 2008.
10 Hugo LLorens presenta credenciales como nuevo embajador de los Estados Unidos en Honduras. Boletín de Prensa, Embajada de los Estados Unidos. Tegucigalpa, Honduras. 19 de Septiembre, 2008.
11 CEPRID. “Injerencia Imperial en Bolivia”. 1 de Diciembre de 2009.
12 Eva Gold. “Honduras: basing for intervention”, Chapter 14. “The Sun Never Sets: Confronting the Network of Foreign U.S. Military Bases” by Joseph Gerson. American Friends Service Committee, Philadelphia, USA, 1991.
13 O Henry. “Cabbages and Kings”, 1904. A Political Science term for a politically unstable country.
14Secretaria de Relaciones Exteriores. “Fronteras Marítimas de Honduras: Limites de Honduras en el mar Caribe”. 2012 / La Prensa. “Honduras sin delimitar seis fronteras marítimas”. 15 de Julio, 2011.
15 Radio Swan Honduras. es.wikipedia.org/wiki/Radio_Swan_Honduras
16 James D. Cockcroft. “América Latina y Estados Unidos: historia y política país por país”. Siglo XXI editores, 2001.
17 GAO. “Honduras: U.S. Military Presence at Soto Cano Air Base”, Washington, March 1989.
18 Defensores en Linea.
19 Library of Congress Country Studies and CIA World Factbook: “Honduras-United States Military Assistance and Training” December, 1993.
20 Lesley Gill. “The School of the Americas: Military Training and Political Violence in the Americas”. Duke University Press, 2004.
21 Ivan Santiago G., “Honduras: Despite Military Investigation, Repression, Disappearances Continue”. Lima, Latinamerica Press. September 12, 1985.
22 Gary Cohn and Ginger Thomson. “When a wave of torture and murder staggered a small U.S. ally, truth was a casualty”. The Baltimore Sun, June 11, 1995.
23 Cour Internationale de Justice. “Case Concerning Military and Paramilitary Activities in and Against Nicaragua”. Nicaragua v. United States of America. Judgement of 27 June 1986.
24 Thelma Mejia. “Honduras, Militares y Drogas”. 6 de octubre, 1997.
25 Wikipedia. Implicación de la CIA en el tráfico de Drogas: El caso Irán-Contra. Informe del Comité Kerry, 13 de Abril, 1989.
26 Craig A. Deare, “La Militarización en América Latina y el Papel de Estados Unidos”. Foreign Affairs Latinoamerica. Volumen 8, Numero 3. Julio-Septiembre, 2008.
27 María Celia Toro. ”El Narcotráfico como Amenaza a la Seguridad Nacional” del libro “En Busca de la Seguridad Perdida”, Sergio Aguayo Quezada y Bruce Michael Bagley. Siglo XXI Editores, México, 1990.
28 Ernesto Samper Pizano. “Drogas: Prohibición o Legalización”. Grupo Editorial Colombia, 2013.
29 United States Department of State. “International Narcotics Control Strategy Report” Volume 1. P. 189. March 2012.
30 Pere Ortega y Juan Sebastián Gómez. “Militarismo en América Latina”. Justicia I Pau. Diciembre, 2010.
31 Hector Mondragon Baez; “El Plan Colombia y el Petróleo: La Hegemonía de las Cuatro Hermanas”; Consejo Nacional Campesino. Colombia, 2002.
32 Juan Gabriel Tokatlian. “El Plan Colombia: ¿Un Modelo de Intervención?”. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, Num 54-55, p. 203-219. Año 2001.
33 Juan Grabriel Tokatlian. “La Urgencia de una eventual opción realista ante la equívoca lógica de la “guerra contra las drogas” del libro “La Guerra contra las drogas en el Mundo Andino”. Libros del Zorzal, 2010.
34 Telesur. Transmisión de la Cumbre Extraordinaria de UNASUR en Bariloche Argentina. Declaraciones del Presidente de Ecuador Rafael Correa. 28 de Agosto, 2009. 35 Cort Greene. “John Negroponte, William Brownfield and Death Squads Inc.” March 4, 2005.
36 Stephen Lendman. “Bush versus Chavez”. Global Research. March 17, 2008,
37 Telesur. Transmisión de la Cumbre Extraordinaria de UNASUR en Bariloche Argentina. Declaraciones del Presidente de Bolivia Evo Morales. 28 de Agosto, 2009
38 Coverdell, Paul. “Starting with Colombia”; Washington Post, April 10, 2000; P. A.21
39 Wikinoticias; “Wikileaks revela un plan de USAID para poner fin al gobierno de Hugo Chávez”; 5 de Abril, 2013.
40 El Pais; “Chavez amenaza con expulsar de Venezuela al embajador de EE.UU.”; EFE, 10 de Abril, 2006.
41 Embajada de los Estados Unidos; “Transcripción de Conferencia de Prensa del Subsecretario de Estado William R. Brownfield”; Tegucigalpa, Honduras. 10 de febrero de 2011.
42 Elliiot Sucari. “Honduras: Uso de una Agenda de Seguridad Importada”. Centro de Documentación de Honduras CEDOH, Diciembre 2013.
43 Proceso Digital; “Wikileaks: EEUU se pregunta si Mel pagó Petrocaribe con desestimar terrorismo de las FARC.” Tegucigalpa, 31 de enero, 2011.
44 Ambassador Charles Ford, “Due to his close association with persons believed to be involved with international organized crime, the motivation behind many of his policy decisions can certainly be questioned.” Wikileaks; Cable 08TEGUCIGALPA459. May 15, 2008.
45 La Prensa, “Mel pide legalizar las drogas”. Tegucigalpa, 13 de octubre, 2008.
46 La Prensa, “Negroponte firma convenios con Presidente Zelaya para luchar contra el Narcotráfico”. Tegucigalpa. 4 de junio, 2008.
47 Eva Gollinger. “Washington y el golpe de Estado en Honduras: aquí están las pruebas”. Revisado por Caty R., Rebelion. 13 de Julio, 2009.
48 InSightCrime. “Perfil de Honduras: Resumen Ejecutivo”. Febrero, 2012.
49 EFE. “EEUU reconoce triunfo de Lobo y urge a Zelaya a sumarse al dialogo”. Washington, 30 de Noviembre, 2009.
50 Proceso Digital. “Uribe concluye visita a Honduras con firma de convenios de cooperación”. Tegucigalpa, 30 de enero, 2010.
51 Elliiot Sucari. “Honduras: Uso de una Agenda de Seguridad Importada”. Centro de Documentación de Honduras CEDOH, P. 7, Diciembre 2013.
52 AFP. “Zar antidrogas de EUA dialoga con Centroamérica”. Tegucigalpa. 7 de febrero, 2011.
53 Alexander Main. “Will Biden’s billion dollar plan help Central America?”. NACLA, Washington.Februrary, 27, 2015.
51 Elliiot Sucari. “Honduras: Uso de una Agenda de Seguridad Importada”. Centro de Documentación de Honduras CEDOH, P. 7, Diciembre 2013.
52 AFP. “Zar antidrogas de EUA dialoga con Centroamérica”. Tegucigalpa. 7 de febrero, 2011.
53 Alexander Main. “Will Biden’s billion dollar plan help Central America?”. NACLA, Washington. Februrary, 27, 2015.
54 Washington Post. “The Murder Capital of the World”; Source United Nations. December 26, 2011.
55 Informe de la Comisión Global de Políticas de Drogas. “Guerra a las Drogas”. Resumen Ejecutivo, Pg. 2. Junio 2011
56 Defensores en Línea. “El Militarismo ha resurgido con mayor fuerza y se ha posicionado en el continente”. Tegucigalpa, 15 de julio, 2010.
57 David Vine. “La estrategia del nenúfar: El Pentágono transforma silenciosamente su imperio de bases en el extranjero y crea una nueva y peligrosa forma de guerra.” Rebelión,
58 David Vine. Entrevista en la ciudad de Washington DC sobre el tema de militarización en Honduras y el establecimiento de bases militares en la región. 2013.
59 Thom Shanker. “Lessons of Irak help U.S. fight a Drug War in Honduras”. The New York Times. May 5,2012
60 The Goldman Environmental Prize. Berta Caceres, COPINH. 19 de Abril, 2015. Honduras.
61 Orlando Sierra. “EE.UU. planea instalar “la mayor base militar” de Latinoamérica en Honduras”. RT, 12 de Junio, 2013.
62 Nelson Ávila. Entrevista sobre la llegada de 250 Marines a Honduras en el contexto geopolítico de agresión a Venezuela. Tegucigalpa, 8 de Abril, 2015.
63 La Prensa. “Honduras: magistrados destituidos califican de ilegal acto de diputados” Tegucigalpa, 15 de Agosto, 2013.