POR FRANCISCO REYES / TORONTO /
Miembros de diferentes organizaciones comunitarias en la zona de North York de esta ciudad participaron en un taller sobre la problemática de las mujeres hispanas en el contexto de la pobreza y la marginalidad que experimentan en la sociedad canadiense, realizado la semana pasada en los salones de Casa Maíz.
El panel, organizado por el Consejo de Desarrollo Hispano (CDH) bajo el título de “Mujeres… la parte fuerte y la parte vulnerable de la ecuación”, tuvo como finalidad desentrañar las circunstancias en que las inmigrantes hispanas son víctimas de la violencia física y las agresiones verbales por parte de sus parejas.
Al dar la bienvenida en la introducción general de las ponencias, el director ejecutivo del CDH, Duberlis Ramos, destacó no sólo los problemas que afectan a las hispanas en su realidad vulnerable, sino también sus recursos y contribuciones económicas en los hogares.
Las panelistas Judith Herrera y la doctora Marlinda Freire tocaron aspectos esenciales de la cruda realidad que confrontan las mujeres hispanas desde el momento en que se asientan en Canadá, teniendo que desempeñar el papel de madre, de compañera matrimonial, de hija, trabajadora y responsable de los hijos ante las autoridades educativas.
La realidad, presentada como endémica en diferentes comunidades étnicas, afecta en gran parte la inserción de las mujeres hispanas en la sociedad canadiense, según se pudo deducir de las ponencias del tema.
La parte central de las ponencias, a cargo de la doctora Marlinda Freire, experta en asuntos educativos, estuvo enfocada al problema de la adquisición de la lengua y el papel que ésta y la cultura juegan en la adaptación de los inmigrantes, principalmente niños en los diferentes niveles de la sociedad.
La doctora Freire acentuó que el sistema escolar devalúa el bagaje cultural que los hijos de los inmigrantes traen a Canadá.
“El sistema educativo oficial no tiene ningún conocimiento de los valores de las familias inmigrantes y, por consiguiente, resta importancia a la lengua y la cultura de los recién llegados”, precisó.
Destacó que, por esa razón los niños de inmigrantes recién llegados son los que más padecen la marginalidad social que, junto a la problemática que viven muchas madres, por lo general solteras, los acompleja y buscan la forma de deshacerse del idioma materno y de la identidad cultural del país de origen.
Precisó que “el lenguaje es la parte más importante de la cultura. Define lo que somos en término de identidad cultural”, debido a que todo idioma tiene un componente genético. “Empieza a desarrollarse antes de la concepción. Si uno tiene un idioma sólido, puede aprender más fácilmente otros idiomas y, por consiguiente, más oportunidades de encontrar un buen trabajo”.
Abundó que todo idioma tiene una memoria. “Las memorias son internalizadas en la lengua materna. Si el niño tiene la base sólida de su lengua, difícilmente pierda sus raíces culturales”.
Continuó diciendo que muchas veces los padres no entienden la vulnerabilidad del lenguaje y, al no tener una clara conciencia idiomática, contribuyen para que sus hijos pierdan sus raíces culturales y fracasen en las escuelas, que contribuye a mantener el círculo vicioso de la pobreza y la marginalidad.
Wendy Guzmán, una de las participantes en el panel dijo que las ponencias resultaron interesantes. “A nivel personal me ha sido de ayuda porque tengo un hijo con serias dificultades para aprender inglés”.
Al preguntar a la doctora Freire por su mensaje a la comunidad, expresó: “la cosa más importante que yo quisiera que la comunidad tome en cuenta es preocuparse por el desarrollo académico de los niños. En la medida en que aprenden muy bien el inglés, sobre la base de su propia lengua materna, serán más exitosos en Canadá”.
*Francisco Reyes puede ser contactado en reyesobrador@hotmail.com