GILBERTO ROGEL / TORONTO /
Las páginas de la historia moderna están llenas de mujeres que han impreso su sello en muchas áreas, aun y cuando muchas de ellas no han sido plenamente reconocidas, así también habrá algunas otras que pasarán a la historia por otras razones, situaciones embarazosas por así llamarlas; este es el caso de Mónica. Por supuesto estamos hablando de la misma persona, la famosa veinteañera ex – becaria de la Casa Blanca, ahora de 40 años y con un titulo de Maestría en Psicología de la prestigiosa Universidad Británica del London School of Economic.
Recientemente Mónica acaparó los principales espacios del primetime en las principales cadenas mundiales de información al participar en las pláticas de TED (Tecnology, Education and Design), el popular espacio creado años atrás para profundizar en el debate e intercambio de nuevos conocimientos e ideas.
Por ese espacio han desfilado, quizás, las personalidades más brillantes e innovadoras de los últimos años, así como los defensores del medio ambiente, los educadores de avanzada, los pacifistas y humanistas, y también Mónica Lewinsky.
En su participación de 22 minutos y que hasta la fecha ha sido vista más de 4 millones de veces en el sitio oficial de TED y más de 3 millones en YouTube, Mónica insiste en el tema de la humillación pública y la pérdida de la reputación personal, como muchos recordaremos el famoso escándalo que involucró al ex presidente Bill Clinton (en aquella época de casi 50 años).
Gracias a su pública admisión, producto del acorralamiento de un fiscal especial quien lo amenazaba con ser el primer Presidente gringo en ser despedido del cargo, Bill Clinton fue “perdonado” por el público (y por su esposa) y ahora es visto como uno de los grandes estadistas de todos los tiempos. No pasa lo mismo con Mónica, quien sigue siendo asediada por la prensa cada vez que los Clinton son noticia.
Durante los 22 minutos de su bien pensado y diseñado discurso, Mónica utiliza las ventajas de los modernos medios de comunicación, para no sólo reconfirmar su versión personal del escándalo, sino también para devolver la pelota al terreno del enemigo, obligando a las audiencias a repensar sobre lo sucedido –reconfigurando la Opinión Publica-, a la vez haciendo un juicio en los medios sobre la humillación pública y la pérdida de privacidad, como fue su caso personal.
Privacidad es quizás uno de los grandes retos en la actualidad, en donde la proliferación de las famosas redes sociales hace casi imposible ignorar algo que alguien puso en su favorita red o redes sociales y que a la vez no genere buenos o malos comentarios, pese a que quizás esa persona tenga la razón y el derecho para decir lo que se le antoja, siempre y cuando no dañe la reputación de los otros. Es ahí donde el discurso de Mónica se anota un punto importante, la defensa de tu privacidad debería ser la prioridad en este mundo cibernético.
Pretender que cada lector tome las redes sociales como el fin del universo o como la solución para todos los males del mundo es demasiado atrevido; sin embargo, es prudente decir que se necesita una mayor educación en este tema para evitar en caer en situaciones como por ejemplo las vividas acá en Canadá, por mencionar el más notorio el caso de una jovencita que tomó la vida en sus manos debido a la humillación pública sufrida por el ciberbulling, sin que muchos de los involucrados fuesen llevados a la justicia o al menos a la exposición pública.
Por el momento habrá que esperar que estos cambios se den gradualmente, pero uno que quizás acaparará todos los espacios en los medios de comunicación, será sin lugar a dudas la carrera presidencial en el vecino país del sur, en donde si todos los pronósticos se cumplen, la señora Hillary hará nuevamente historia al convertirse en la primera mujer en ser Presidenta, y con ello, su esposo Bill se convertirá en el ‘primer damo’ de los Estados Unidos de América.
Nuestra próxima entrega: Los lavadores de imagen
*Gilberto Rogel puede ser contactado en gilbertorogel@gmail.com