VILMA FILICI / TORONTO /
El 23 de Abril recién pasado, el Ministro de Defensa y Multiculturalismo, Jason Kenney, anunció la aprobación por parte del Senado del proyecto de Ley S-219, que consiste en proclamar el 30 de Abril como el “Día del Viaje a la Libertad” (The Journey to Freedom Day Act). La iniciativa fue presentada por un senador de origen vietnamita para conmemorar la travesía de miles de ciudadanos vietnamitas que abandonaron su país a finales de la década de 1970.
Lo que sucedió fue que una vez las guerrillas comunistas en Vietnam ganaron la guerra, mucha gente abandonó el país, y varios miles de ellos llegaron en botes a las costas de Canadá sin que pudieran entrar legalmente al país. Se generó entonces un movimiento masivo para ayudar a los que se conoció como “La gente de los botes” (The boat people), y al gobierno no le quedó otra alternativa que apoyar esta iniciativa ciudadana.
Es muy interesante que 35 años después de estos hecho ahora se esté celebrando esta travesía, sobre todo al considerar que precisamente en estos momentos hay cientos de personas que están muriendo en los océanos europeos, particularmente ciudadanos de Siria que están saliendo de su atribulado país en busca de libertad.
Cuando sucedió la odisea de los vietnamitas escapando del comunismo, al final Canadá respondió favorablemente y entre 1978 y 1979 aceptó alrededor de 60 mil refugiados de esta oleada.
Vale decir que la iniciativa humanitaria no fue comenzada por el gobierno sino que por ciudadanos comunes y corrientes, quienes espontáneamente se unieron al movimiento para tratar de ayudar a los refugiados que llegaron en los botes. Se formó así una enorme coalición con más de 60 sedes a través de todo el país.
Esta coalición presionó al gobierno para que aumentara el número de refugiados que aceptaría en el país por medio de patrocinios, y efectivamente logró que de un número inicial de ocho 8 mil los subiera hasta 60 mil refugiados.
Haciendo justicia a la historia, es loable que este senador haya propuesto que se celebre esa buena acción del gobierno canadiense de ese entonces, pero también es algo contradictorio porque en este momento el gobierno de turno está llevando al país hacia una posición para nada favorable con los refugiados.
En este preciso momento tenemos el caso de los refugiados de Siria, de los cuales el gobierno canadiense supuestamente seleccionó a dos mil, pero hasta el día de hoy aún no han llegado a la libertad para la cual fueron elegidos.
De igual forma es contradictorio que se haya declarado el 30 de Abril como el Día del Viaje a la Libertad para ciertos refugiados, después de que en diciembre del 2012 se implementara una legislación que de haber estado en vigencia en el 78-79, cuando llegaron los refugiados vietnamitas, con seguridad hubiesen sido arrestados y criminalizados por haber llegado de esa forma al país.
Hay que recordar que en el 2012, cuando se hicieron los cambios al programa de refugio, se aprobó una ley por la cual cuando dos personas o más llegan a Canadá de forma organizada para pedir refugio, como fue el caso de los refugiados vietnamitas, se les designa como “Llegadas irregulares” (irregular arrivals) o Extranjeros (designated foreign nationals), y al tener esta designación, el gobierno automáticamente los encierra en centros de detención hasta escuchar su caso de refugio.
Una vez escuchan su caso, si la persona es rechazada no tiene derecho a apelación, a revisión de riesgo (Pre Removal Risk Assessment, PRRA), a seguro de salud ni a permiso de trabajo, es decir, no tiene derecho a absolutamente a ningún beneficio.
Y si tienen la suerte de ser aceptados, por el hecho de haber llegado de la manera en lo hicieron y por haber sido etiquetados como “irregular arrivals” o “designated foreign nationals”, no pueden iniciar el trámite para la residencia en Canadá sino hasta después de cinco años de la fecha en que fueron aceptados.
En el caso de los refugiados convencionales, estos pueden iniciar su proceso de residencia inmediatamente son admitidos como tales, lo que significa que si han dejado esposos, esposas o hijos fuera del país, los incluyen inmediatamente en el trámite.
Por el contrario, ahora, las personas que llegan de una manera organizada a pedir refugio, como en su momento lo hicieron los vietnamitas, no pueden hacer su trámite para la residencia permanente sino hasta cinco años después de que son aceptados como refugiados, lo que implica que si dejaron familia fuera del país tienen que esperar todo ese tiempo para solicitar la residencia permanente para ellos, y luego esperar tres años más para que la obtengan, porque el proceso es largo. Durante todo este tiempo obviamente deberán estar separados.
Definitivamente es una contradicción total que estemos celebrando el Día del Viaje a la Libertad de los vietnamitas que llegaron en botes a Canadá en los años 78-79, mientras que en el 2012 empezamos a criminalizar a las personas que ahora están llegando de la misma manera.
Para empeorar las cosas, a las personas de Sri Lanka que llegaron a la Costa Atlántica en el año 2010 de forma organizada tal y como lo hicieron los vietnamitas en su momento, se les aplicó retroactivamente esta nueva ley de inmigración que los penaliza por cinco años.
Sería interesante que el gobierno explicara por qué se celebra a ciertas personas y no a otras, por qué se ayuda a ciertos grupos y no a otros, y por qué se está criminalizando a personas que en estos días están tan necesitadas de libertad como en su momento lo estuvieron los refugiados de Vietnam.
Si fuese cínica pensaría que talvez esta acción por parte del gobierno canadiense de celebrar el Día del Viaje a la Libertad, sólo signifique que estamos en un periodo de elecciones y que por tanto la comunidad vietnamita, que es bastante grande, podría significar muchos votos extras para el partido de gobierno.