Sentencia condicional para hispano por supuesto asalto a policía

FRANCISCO REYES / TORONTO /
En presencia de familiares, amigos, miembros directivos de la Canadian Human Rights International Organization (CHRIO) y de estudiantes del programa Justicia Social y Comunitaria del Humber College, que realizan trabajos voluntarios en esa organización de defensa de los Derechos Humanos, el joven mejicano José Victorio Hernández Rodríguez recibió del juez de la Sala de Audiencia 208 de la Corte Provincial de Ontario, localizada en Finch Ave West y Arrow Road, una sentencia condicional de 90 días, por un hecho que no cometió, según alega su madre.

Hernández Rodríguez había sido acusado de asaltar y desarmar a un agente policial, en un aparatoso incidente ocurrido la madrugada del 5 de octubre del 2013, cuando miembros del Escuadrón de Operaciones Especiales de la Policía de Toronto irrumpieron en su vivienda en busca de un joven de quien las autoridades alegan que días previos había cometido un asalto a mano armada, pero no era al joven mejicano a quien buscaban.

Para entrar en la vivienda, los agentes policiales hicieron detonar un artefacto que despertó al joven, quien estaba durmiendo en la sala.
Tras la explosión, que dañó artefactos electrodomésticos, Hernández Rodríguez se cubrió atemorizado con la sábana, mientras un agente policial le conminaba para que se desarropara.

De acuerdo con la versión policial contenida en el expediente en manos de la Corte, Pepe, como le apodan sus familiares y amigos cercanos, se lanzó sobre el agente policial, lo asaltó y forcejeó para desarmarlo, pero jamás tuvo posesión de ningún tipo de armas.

El arma, según alegó la policía, cayó al suelo y se desintegró. Sin embargo, la madre, quien estaba presente en el acto, dijo que su hijo fue brutalmente golpeado y tratado como un delincuente. “Mi hijo no era la persona a quien se buscaba”, había sostenido desde el principio de la acusación.

En el juicio previo a la sentencia, la Corona preguntó a la fiscalía por la existencia del arma, que no fue presentada ante la Corte.

Tras un cambio de abogado, el juez, que había hallado culpable del incidente a Hernández Rodríguez,  aplazó la sentencia para el pasado martes 10 del corriente.

La nueva abogada de la defensa, Lydia Riva, alegó la inocencia del acusado, diciendo que no tenía antecedentes penales, era estudiante a nivel de colegio universitario, trabajaba, realizaba voluntariado en organizaciones comunitarias y había llegado a Canadá junto con su madre, precedente de Estados Unidos, en busca de un mejor futuro.

Dados estos puntos a favor del acusado, la abogada Rivas pidió sentencia condicional de dos meses, debido a que si Hernández Rodríguez recibiría condena carcelaria, aún fuera menor de los seis meses que estipulas las recién enmendadas leyes migratorias de Canadá, perdería sus derechos legales. Esto es, declarado inadmisible para residir en este país y, en consecuencia, no alcanzaría a ser ciudadano, pues la deportación es automática después de seis meses de cárcel.

Al poner en la balanza el peso de la acusación y los argumentos expuestos por la abogada Lydia Riva, el juez, considerando aún la gravedad de los hechos imputados, se inclinó por la petición de la defensa y condenó a Hernández Rodríguez a 90 días de sentencia condicional.

Hernández Rodríguez fue condenado a 90 días de reclusión en el hogar y a 18 meses de período probatorio, pudiendo salir solamente para asuntos de trabajo, de escuela, de visita a médicos y a sus servicios voluntarios. Tampoco podrá cambiar de domicilio, sin previa autorización del oficial de probación.

Al ser cuestionada si como abogada estaba satisfecha con la decisión de la Corona, Riva respondió a la prensa que era la sentencia que esperaba para que Hernández Rodríguez no perdiera sus derechos de residir en Canadá. “Sin embargo, contemplamos una apelación para que no le quede ningún récord criminal, a fin de que pueda aplicar por la ciudadanía”.

María Elba Rodríguez, madre de Hernández Rodríguez, se expresó ante este medio, llena de júbilo: “Mi hijo estuvo en el momento equivocado, en el lugar equivocado. Con todo, creo que el juez sopesó la situación y se dio cuenta de que Pepe no es un delincuente”.

*Francisco Reyes puede ser contactado a reyesobrador@hotmail.com