La caída y el olvido de Jim Flaherty

FRANCISCO REYES / TORONTO /
Jim Flaherty “renunció” a su cargo de ministro federal de Finanzas. Entiéndase: el primer ministro (PM) Stephen Harper “lo expulsó” de su gabinete.

Cayó de su pedestal como ídolo con pies de barro, vencido por una fuerza superior a su influencia como líder de la facción opositora dentro del Partido Conservador Progresista de Canadá.

Su desgracia confirma la predicción en nuestro artículo “El ocaso de un ministro inolvidable”, publicado en este medio de prensa la tercera semana del pasado febrero, al chocar con el muro de contención llamado Stephen Harper.

Su desplome fue causado por el enfrentamiento que tuvo con Harper  y las confrontaciones con miembros prominentes del gabinete y líderes nacionales del PC, que evidenciaron la división interna de ese partido.

Desde un principio Flaherty se opuso a una promesa del PM hecha en la campaña electoral del 2011. El ofrecimiento consiste en que, tan pronto se elimine el déficit fiscal en el 2015, los matrimonios podrán recibir por separado un reembolso de hasta $1,500 dólares, tras su declaración individual del impuesto sobre la renta.

Fhaherty basa su discrepancia en que una mínima parte de las familias recibiría dicho reembolso, mientras que la mayoría tendría que conformarse con beneficios entre cero y $500 dólares. Es decir, favorecería a familias con hijos menores de 18 años y con ingresos anuales superiores a los $50,000.

Esto se traduce en que 1.8 millones de familias pobres (86% de los matrimonios con hijos menores de 18 años y con ingresos inferiores a los $20,000) no serían beneficiadas con los $1,500 dólares. ¿Votarán por Harper esas familias en las elecciones del 2015?

El desacuerdo de Flaherty con el PM se hizo público el 13 de febrero, un día después de presentar el presupuesto federal. En rueda de prensa reiteró su renuencia a la propuesta y, con ella, empezaba a abrir su fosa política.
También entró en contradicción con miembros del gabinete y líderes del PC, que abrieron fisuras en el PC.

¿Estaba consciente de las consecuencias de su rebeldía? Quizás. Pero sí sabía que los “inquisidores” del gabinete no le perdonarían no haber filtrado sus declaraciones en la Oficina del Primer Ministro (PMO), para ver si “podía” darlas a la prensa.

Sus fricciones también giraban en torno a Rob Ford, su amigo cercano. Flaherty pedía el apoyo total de los conservadores de Ottawa al alcalde de Toronto, en momentos en que era objeto de ataques de la prensa, debido a su conducta errática fruto de su adicción a las drogas y al alcohol. Nadie quiso exponerse al descrédito al apoyar a Ford.

La división entró en el PC y se ahondará ahora que Flaherty ha quedado libre de las ataduras de Harper. ¿Podría haber un paralelo con el ex primer ministro efímero Paul Martin?

El ex ministro de Fianzas del gobierno del ex PM Jean Chrétien  se convirtió en piedra de choque. Produjo la división y el Partido Liberal perdió las elecciones del 2006. ¿Ocurrirá lo mismo con Fhaherty y el PC?
Por razones obvias, el “ministro inolvidable” fue “expulsado” del gabinete del implacable Stephen Harper. No dudamos que pronto “renunciará” a su escaño parlamentario por el Distrito Electoral de Whitby-Oshawa.

Si dimite, como pensamos, los conservadores no lo postularán y perderán el Distrito de Whitby, tomando en cuenta la influencia de Fhaherty en un amplio sector del electorado en esa zona, que daría un voto de censura al candidato que pueda presentar el PC.

Los vientos presagian la derrota de los conservadores en la Alcaldía de Toronto, con Rob Ford o con John Tory. Pero también la derrota de Harper en el 2015.

La extinción parlamentaria de Fhaherty se inició con la presentación de su último presupuesto y se ahondó con su “renuncia” como ministro federal de Finanzas.

A pesar de todo la dicha lo acompaña, al encontrar de inmediato empleo en el sector privado. Sin embargo, su figura política dentro de poco “será sepultada en una de las enigmáticas reservas del tiempo”, donde el olvido borrará sus huellas de ídolo con pies de barro para siempre. Siempre. 

(Foto cortesía de hispersfromtheedgeoftherainforest.blogspot.ca)

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