OSCAR VIGIL / TORONTO /
Depende con quien se hable, en Venezuela se vive con relativa normalidad pese a pequeños problemas, o el país está sumido en una profunda crisis de la que ya no tiene retorno. Todo depende del prisma político del interlocutor.
Mientras, grupos opositores al actual gobierno realizan marchas de protesta todos los sábados en Dundas Square, en pleno centro de Toronto.
Pareciera que hablan de dos Venezuela distintas: la del déspota dictador o la del benévolo presidente. La de un país sumido en una profunda crisis y la de una nación que vive con normalidad pero que enfrenta retos para superar el ataque externo. En lo único que sí coinciden es en el amor que le profesan a su patria pese a vivir a miles de kilómetros de ella.
Así ven su país los miembros de la comunidad venezolana radicada en Toronto, algunos de ellos obligados a abandonar el país por razones profesionales o económicas, y otros por motivos estrictamente políticos.
“Este presidente que tenemos es un presidente espurio, ha sido incapaz de gobernar Venezuela, y lo que estamos haciendo es un llamado a todos los venezolanos en el exterior para luchar a ver si podemos tener una Venezuela democrática y normalizar la vida diría de todos los venezolanos que están afectados por tanta violencia, por el incremento de la hampa común, de los precios desmesurados, por la escases de productos básicos, por la corrupción”, dice con convicción Juan Carlos Castillo, un líder de la oposición Venezolana en el Exterior, quien durante varios años residió en los Estados Unidos y ahora se ha radicado en Toronto.
Junto a decenas de venezolanos y simpatizantes de otros países, ha estado organizando marchas de protesta en pleno centro de la ciudad, concretamente en Dundas Square (esquina de Yonge y Dundas) todos los sábados, con el objetivo de llamar la atención sobre la situación actual en su país de origen.
“Queremos que el mundo sepa lo que está sucediendo en Venezuela, que el mundo sepa que Venezuela no está bien, ya van 28 muertes, asesinados por la Guardia Nacional Venezolana, 30 por ciento de esos muertos son con tiros en la cabeza”, dice para justificar por qué en las últimas tres semanas, pese al frio y a las nevadas, todos los sábados se han hecho presentes al lugar con pancartas en contra de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
“Lo que estoy haciendo simple y llanamente es tratar de salvar a mi país. Por el fraude electoral que hubo, porque el ganador fue (Henrique) Capriles en las elecciones pasadas. Estamos tratado de coordinar gente que nos ayude en el exterior para tratar de pacificar Venezuela y sacar a esta gente de ahí, estamos juntando fuerzas para tratar de sacar a esta gente del país”, explica.
Castillo fue miembro en Florida, Estados Unidos, de la Organización de Venezolanos en el Exilio, ORVEX, y en Toronto está organizando la entidad SOS Venezuela en Canadá, la cual, explica, “lucha por una Venezuela mejor con inclusión y equidad con mayores compromisos de protección social y responsabilidad”.
Pero al otro lado de la calle la situación parece ser distinta.
Wilmer Alfonso es un ingeniero de profesión que durante los últimos años se ha dedicado a administrar su restaurante de comida venezolana en la zona noroeste de la ciudad. Y sin lugar a dudas su negocio ha sido un imán que ha atraído a compatriotas de todos los signos ideológicos.
“Pienso que la comunidad venezolana acá es muy parecida a la que está en los Estados Unidos, sobre todo en Florida, que es el grupo más grande. Son personas que se han venido de Venezuela porque ya no podían hacer lo que hacían antes, ganando mucho dinero, cada vez más ricos y la gente cada vez más pobre. Esa gente está aquí en Canadá y en Estados Unidos, y están empeñados en decir que Venezuela es un país que está en el colapso, que es una tiranía y todo eso”, explica.
Agrega que estos son grupos que no están acorde con la realidad, porque “lo que está ocurriendo en Venezuela no es que la fuerza pública está cometiendo asesinatos o barbaries, sino que todo lo contrario, hay grupos violentos que son pagados por partidos de oposición que no quieren que esté el gobierno allí, y que comienzan a hacer barricadas, trancan las calles, y cuando viene la policía o los cuerpos del orden público a retirar los escombros, empiezan a dispararles desde los edificios”, asegura.
Alfonzo explica que sumado a eso, hay una campaña muy fuerte en contra de Venezuela, “alegando que hay violaciones a los derechos humanos, siendo todo lo contrario. Hay muchos medios internacionales que se han dedicado a hacer una campaña en contra del gobierno venezolano, en contra de todo el país, cuando ha habido situaciones que han mejorado en la parte social venezolana”, apunta.
Y agrega: “Venezuela podría estar tan bien como Canadá, si todos nos pusiéramos un empeño en eso, si todos quisiéramos a la patria como tal. Pero si en vez de hablar bien hablamos mal, se van a empeorar las cosas”.
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