Canadá, ¿Está convirtiéndose en un país menos abierto a la llegada de nuevos inmigrantes?

POR LOLY RICO* / TORONTO /
Las regulaciones para obtener la ciudadanía, no solamente determinan a las personas que son consideradas “canadienses”, sino que también nos definen como país.  Es por ello que es importante prestar atención al reciente Proyecto de Ley, calificado por el Ministro de Inmigración y Ciudadanía Canadiense, Chris Alexander, como la primera reforma exhaustiva a la ley de ciudadanía realizada en más de una generación.

El Proyecto de Ley haría más difícil para los nuevos inmigrantes el poder obtener la ciudadanía. Las personas se verían en la necesidad de someterse y aprobar exámenes de conocimiento del idioma (el examen obligatorio para personas entre los 18 y 54 años de edad será extendido a 14-64 años de edad). También, de acuerdo a la propuesta, las personas tendrán que esperar por más tiempo ya que necesitarían 4 años como residentes canadienses en lugar de 3 años, como lo es actualmente.

Además, bajo las consideraciones de este Proyecto de Ley, el tiempo que las personas han vivido en Canadá antes de convertirse en Residentes Permanentes, no contara para la ciudadanía. Uno de grupos que será afectado directamente son las/los trabajadores domesticas que viven adentro (Live-in-Caregivers) que  vienen a Canadá a cuidar de nuestros niños, de nuestros adultos mayores y tienen que esperar años para poder convertirse en Residentes Permanentes.

De igual forma, este tiempo de espera será prolongado para muchos refugiados. Habiendo vivido personalmente la experiencia de tener que dejar mi país de origen, sé que tan importante es para los refugiados poder convertirse en ciudadanos canadienses. Mientras se goza de la condición de Residente Permanente,  uno no puede sentirse completamente “seguro o completamente establecido”. Solamente al convertirse en ciudadano canadiense, es posible empezar a cerrar las heridas del pasado y sentir que ahora disfrutas de un nuevo hogar en Canadá, del cual puedes ser participe. Es en ese momento cuando realmente tú sientes que perteneces a un país que defenderá tus derechos.

Los costos de la aplicación también se han incrementado.  Ahora pienso, que tan difícil hubiese sido para mi familia y para mí el pagar por esos costos. Los nuevos costos que entraron en vigencia se elevan a $400.00 por adulto.

Me preocupa que todas esas barreras para poder convertirse en ciudadano provoquen un retroceso en las cualidades que distinguen a Canadá: hacer que los nuevos inmigrantes se sientan bienvenidos motivándolos a que puedan sentirse y ser parte de la sociedad canadiense.

No se debería de pensar en la ciudadanía como un premio para todos aquellos que han sufrido el largo proceso de adaptarse a Canadá. Ofrecer la ciudadanía canadiense debe ser una forma en la que Canadá ayuda a los nuevos inmigrantes en el difícil periodo de adaptación, haciéndoles sentir en casa y removiendo las barreras que enfrentan al no ser ciudadanos. Esto ayuda a los recién llegados a desarrollarse completamente, lo cual se convierte en un beneficio para Canadá.

Lejos de valorar el aporte de futuros ciudadanos a este país, los cambios propuestos parecen sugerir una actitud de sospecha hacia los recién llegados. Pareciera ser que necesitan probar a fondo si realmente merecen o no convertirse en ciudadanos canadienses.

Aún peor, las sospechas continúan aun después que la ciudadanía ha sido concedida. Bajo los lineamientos de la nueva propuesta, el Ministro, incrementaría su potestad para despojar de la ciudadanía a las personas bajo ciertas circunstancias, sin el derecho de una audiencia ante un juez independiente.

De manera preocupante, el Proyecto de Ley permitiría revocar, en caso de “terrorismo” o “traición”, la ciudadanía canadiense a las personas con doble ciudadanía. Crear diferentes regulaciones para las personas con doble nacionalidad, es incorrecto ya que generaría dos niveles de ciudadanía con menos derechos para algunos ciudadanos. De igual forma, no está bien utilizar la ley de  ciudadanía como un  mecanismo para castigar a las personas que han obrado mal. El sistema criminal idealmente, es el que debe manejar los casos de criminalidad. La ciudadanía es un estatus fundamental, no algo de lo cual se debe ser despojado por mal comportamiento.

Estas nuevas disposiciones para poder despojar de la ciudadanía a las personas basadas en la creencia de “terrorismo o traición” es  simbólico y por el contrario muchas personas se verán afectadas. El mensaje que ha sido enviado es muy fuerte y claro: declara que no todos los canadienses son iguales y que la lealtad de algunos ciudadanos está en cuestión. Este mensaje negativo, particularmente afecta a ciertos ciudadanos, especialmente  a Musulmanes y Árabes,  que han sido injusta y persistentemente asociados con terrorismo.

Si el Proyecto de Ley es aprobado, esto  provocara que todos los que poseemos doble nacionalidad nos sintamos menos seguros y nos dará la sensación   de que no somos “realmente” ciudadanos ya que nuestra ciudadanía podría ser revocada en cualquier momento.

En estos días que hemos  celebrado el ciento aniversario de Komagata Maru y el 75 aniversario de Saint Louis, hemos recordado la penosa historia de Canadá en relación con el racismo en las políticas de inmigración. Canadá paso muchas  décadas tratando de  sacar de territorio canadiense  a los asiáticos y  judíos. Durante la Segunda Guerra Mundial, cantidades masivas de  japoneses-canadienses fueron capturados bajo la sospecha de traición.

Canadá ha caminado mucho desde esos días, pero creemos que continuamos viviendo bajo la sombra del pasado. Nuestra ley de  Ciudadanía necesita dejar atrás  las políticas racistas del pasado, teniendo  en cuenta que  la mayoría de los recién llegados en este momento son  personas que en el pasado eran excluidas deliberadamente en Canadá. La ley también necesita ser diseñada para proteger ecuánimemente a todos los ciudadanos y asegurar que serán tratados de forma justa sin discriminación.

Si comparten mi preocupación que la ley de ciudadanía debe reflejar los valores de nuestro país, los invito a conocer  más acerca de los cambios propuestos y a contactar al Representante del Parlamento de su área para discutir lo que consideran debería incluirse en esta propuesta de ley.

*Loly Rico es la Presidenta del Consejo Canadiense de Refugiados.

 

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