POR FRANCISCO REYES / TORONTO /
De acuerdo con las creencias populares, el 13 es un número de mala suerte. Los maleficios del 2013 afectaron a los tres niveles de gobiernos de Canadá, al extremo de convertirse en los mayores escándalos políticos de esta nación.
La corrupción en el senado, el cierre de las plantas eléctricas de Mississauga y Oakville, así como las implicaciones del alcalde de Toronto en actos reñidos con la ley han afectado al país en los niveles federal, provincial y municipal, respectivamente.
Al mismo tiempo, han escandalizado a la sociedad, de costa a costa, al extremo de profundizar divisiones y ocasionar en los votantes la pérdida de la fe en los políticos canadienses.
Corrupción en el senado
Los maleficios del 13 empezaron sacudiendo al senado con rumores surgidos en marzo de este año sobre exceso en el gasto de sus representantes.
Tras auditoría interna, se pudo comprobar que había irregularidades en el expendio de los senadores, por lo que la RCMP empezó a investigar los supuestos excesos.
Los senadores conservadores Mike Duffy, Pamela Wallin y Patrick Brazeau fueron suspendidos de sus cargos al comprobarse que habían utilizado las influencias de esa cámara para lograr favores personales.
Sobre Mike Duffy recayó la principal responsabilidad, al ser acusado de tráfico de influencias y de utilizar los recursos del senado para pagos de viviendas y de viajes.
Duffy no quiso cargar solo con la responsabilidad y acusó tanto a Nigel Wright, jefe del personal de la Oficina del Primer Ministro (PMO), como a Stephen Harper, de estar envueltos en el esquema de favoritismo.
Wright fue separado de su cargo, mientras que la RCMP siguió investigando a otros senadores, como es el caso del ex liberal Mac Herb y del actual senador por Saskatchewan David Tkatchuk, presuntamente favorecidos.
También se investiga si en verdad el primer ministro estuvo envuelto en el esquema. En manos del joven agente de la RCMP Greg Horton, de 21 años, está el futuro del primer ministro Stephen Harper quien, de ser hallado culpable, se vería obligado a renunciar del cargo, deshabilitado para aspirar a la reelección en las votaciones federales del 2015.
Cancelación de plantas eléctricas
El gobierno provincial de Ontario se ha visto afectado desde finales de septiembre del 2009 por una serie de irregularidades en sus proyectos de electricidad en la provincia.
En septiembre del 2009, el gobierno del ex premier Dalton McGuinty empezó a confrontar problemas con los proyectos de construcción de dos plantas eléctricas en Mississauga y Oakville.
Ante las presiones de grupos opositores a los planes del gobierno liberal de Ontario, se decidió clausurar la construcción de las plantas, no obstante haberse hecho inversiones millonarias en los proyectos.
El 16 de julio del 2012, el gobierno liberal suspendió la construcción de la planta de Mississauga para reubicarla en el área de Sarnia, a un costo de $190 millones. El 7 de octubre del 2010 anunció la cancelación de la propuesta planta eléctrica de Oakville.
La inversión inútil en esas plantas creó el escándalo en el parlamento provincial y en la ciudadanía. McGuinty se vio precisado a renunciar el 15 de octubre del 2012, siendo reemplazado por la actual premier Kathleen Wynne, tras haber ganado la convención interna del Partido Liberal el 26 de enero del 2013.
De inmediato, la premier solicitó a la auditoría general de la provincia investigar los costos de las cancelaciones de ambas plantas. El 8 de octubre del 2013 la auditora general, Bonnie Lysyk, estimó que el costo total de la cancelación de las plantas de Oakville y Mississauga se eleva entre $950 millones y casi $1.1 billones de dólares, respectivamente, en perjuicio de los contribuyentes.
Los escándalos del alcalde Ford
Las labores del gobierno municipal de Toronto se vieron obstaculizadas desde el pasado mes de mayo por los escándalos creados por su principal autoridad, el alcalde Rob Ford, producto de su adicción al alcohol y las drogas.
El ahora desacreditado alcalde había sido denunciado ante la prensa y ante las autoridades policiales de la principal ciudad canadiense de haber incurrido en acciones reñidas con la ley.
Ford había negado ante la prensa nacional e internacional muchos de las acusaciones que se le imputan, pero, al irse comprobando su participación en supuestos actos delictivos, ha tenido que admitir ante la prensa ciertas violaciones a las leyes canadienses.
Entre ellas, conducir en estado de embriaguez, proferir insultos racistas y homofóbicos, asegurar haber tenido relaciones sexuales con una miembro del personal, utilizar empleados para servicios particulares, conducir en estado de embriaguez y asociarse con individuos ligados al narcotráfico, apareciendo en fotos y videos con tales delincuentes.
El pasado 29 de noviembre, el Consejo Municipal lo despojó de sus principales cargos, entre ellos, su autoridad como alcalde y sobre los miembros de su personal, así como el poder de decisión sobre el presupuesto, pasando a ser una figura decorativa en el gobierno de esta ciudad.
El miércoles 4 del mes en curso, la policía local reveló detalles de conversaciones telefónicas que implican severamente a Ford en actos bochornosos y con serias consecuencias judiciales.
Hasta el momento, el jefe policial Tony Blair no ha puesto cargos a Ford, no obstante su incriminación en documentos que se encuentran en manos de la justicia.
*Francisco Reyes es un periodista canadiense de origen dominicano. Puede ser contactado a reyesobrador@hotmail.com
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