OSCAR VIGIL / TORONTO /
“Fuego Interno”. No puede haber título más apropiado para la Exposición Itinerante que el artista plástico colombiano Mao Correa trajo a Canadá, una exposición de trabajos pictóricos hechos sobre la base de materiales reciclados, donde el rojo y el amarillo intenso son los reyes del escenario.
“Lo principal que estoy expresando en mi obra es un fuego interno por esta rabia que hay, inconformismo con la falta de conciencia ambiental que tiene la gente con nuestro planeta. Esta obra está hecha con materiales reciclados, restaurando elementos que la gente desechó, que ya no está usando, yo los recogí, los transformé y los volví arte”, expresa.
Mao y su exposición itinerante de fuego interno se pasean en estos días por Toronto, Ottawa y Montreal, tratando de hacer conciencia sobre la importancia que tienen las cuatro Rs de la filosofía ambiental (Reducir, Reutilizar, Reciclar y Recuperar) para la humanidad, un mensaje que no necesariamente es escuchado atentamente por la audiencia.
Cuenta que un día se puso a mirar las cifras de la cantidad de producción de desperdicios que producen los seres humanos en el mundo, y quedó espeluznado.
“Te voy a dar un dato, en tan solo Norteamérica se producen 5 mil millones de toneladas de basura al año, sin hablar de cual será esa cifra en el mundo entero, y eso que acá se recicla, y se produce toda esta cantidad de desperdicios”.
Es por eso que con su exposición está “invitando a la gente a que se ponga la mano en el corazón y que quiera al planeta un poquito y que recicle”.
Ese llamado lo hizo en el Consulado de Colombia en Toronto, entidad que albergó su “Fuego Interno” durante poco más de dos semanas, y a la cual, como reconocimiento por haber abierto sus puertas por primera vez a los artistas plásticos colombianos, Mao donó una de sus pinturas con conciencia ambiental.
Pero eso realmente fue una trampa para los representantes consulares de su país en Toronto, porque con ello lo que hizo fue incentivarlos para que empiecen a buscar una colección de obras de artistas colombianos: “imagino que cada vez querrán tener más artistas, porque van a querer tener una colección más completa”, explicó.
Pero mas allá de eso, con su rojo y amarillo intenso lo que Mao logró en su representación diplomática fue quitar un cerrojo. “Acá, en el consulado, se abrió hoy un espacio increíble para todos los artistas colombianos de hoy en adelante, porque al parecer se van a hacer exposiciones de diferentes artistas, y estas paredes van a mostrar lo que se hace en Colombia y en Canadá”, dijo el artista, algo que fue corroborado por la Cónsul General de Colombia en Toronto, Lucía Madriñán Saa.
El trabajo de Mao, prolífico, intenso y políticamente correcto, se define como reciclaje en la fuente, “porque el reciclaje tiene diferentes procesos”, tal y como él lo explica.
“Cuando tú coges papel y lo reciclas, eso gasta energía, agua, insumos, productos, que también es desgaste. En este trabajo, que es un reciclaje en la fuente, no hay mayor cantidad de desperdicios producidos en el proceso de desgaste, sino que simplemente es coger algo y simplemente, con dos o tres acciones, volverlo otra cosa”, asegura.
En está lógica, en sus pinturas uno encuentra de todo un poco. “Hay uno que era una baranda de una cuna y se volvió un cuadro, hay otro que era una ventana y se convirtió en un cuadro, hay otros que son banners con los que se hace publicidad, las vallas, que los transformé, los volví arte, en fin, hay cualquier cantidad de elementos en esta obra”.
Su próxima prédica itinerante será en Ottawa, y la siguiente en Montreal, porque Mao vive esa necesidad de crear conciencia ambiental. “Yo soy diseñador gráfico de profesión, y en todos mis medios impresos siempre he intentado llevar el logo del reciclaje, llevar el mensaje a la gente de ese tema, y es difícil, es una lucha difícil porque no entiendo por qué a la gente le cuesta tanto hacer algo que es elemental”, asegura.
Mao Correa es un artista plástico, escultor, fotógrafo, instalador y diseñador gráfico que nació en Santa Marta (Colombia) y durante más de 25 años ha compartido su obra en numerosas exposiciones individuales y colectivas en Colombia y América Central. Sus obras de arte forman parte de colecciones de arte en los Estados Unidos, México, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Perú, Ecuador, y ahora también en Toronto, en el consulado de su país natal.
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