Guatemala, la realidad supera la ficción

POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
La mañana del 10 de mayo del 2009 Rodrigo Rosenberg, un rico y carismático abogado guatemalteco, conducía su bicicleta cerca de su casa cuando fue asesinado. A lo mejor su crimen hubiera quedado impune en un país acostumbrado ya a este tipo de violencia, de no ser porque el mismo día del crimen apareció un video en el que Rosenberg denunciaba que sería asesinado.

“Si usted está viendo este video es porque he sido asesinado”, dice Rosenberg en el video, y acusa directamente del crimen al entonces presidente de Guatemala, Avaro Colom, a su esposa Sandra Torres de Colom, y al secretario privado de la Presidencia, Gustavo Alejos.

Su denuncia produjo una escalada de protestas que amenazó la estabilidad de quien fuera el primer presidente de izquierda en Guatemala. Incluso hubo rumores de golpe de estado, y se encargó a una entidad de la Organización de Naciones Unidas que investigara el crimen.

Tras una ardua labor que duró más de ocho meses y en la que se involucraron varios cientos de investigadores provenientes de diversos países del mundo, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) determinó que fue el mismo Rosenberg quien planificó su propia muerte.

El Director de cine inglés Justin Webster, quien posee una larga carrera periodística y vive en España, realizó un documental sobre el caso que fue presentado bajo el nombre “I will be murdered” en el Festival Hot Docs que concluyó el fin de semana en Toronto. Esta es la conversación que sostuvo con El Revista Debate:

PREGUNTA: ¿Cómo surgió la idea de realizar este documental?
RESPUESTA: Soy británico pero vivo en Barcelona, trabajo en América Latina y trabajo con latinoamericanos, así es que vi la historia y me impactó porque es completamente extraordinaria.
Y lo que me impactó más como documentalista, como escritor de no ficción, es que este es un ejemplo de cómo si miras bien la vida a veces te sorprende más que la ficción. Y me pareció un reto muy difícil pero importante hacer un documental sobre esto.

P: ¿Tuvo algo que ver el hecho de que Rodrigo Rosenberg hayan vivido y estudiado en Inglaterra?
R: Yo estudié en Cambridge también, pero ese es sólo un detalle de la clase de persona y de qué clase era Rodrigo. Vivir en Cambridge y luego en Harvard creo que contribuyó a una mentalidad que luego se rompe a través de la historia del film.

P: ¿Tenías clara la trama del documental desde que comenzaste?
R: El primer paso para ver si era viable era hablar con Carlos Castresana (el jurista español titular de la Cicig) para ver si era más o menos verdad. Empecé pensando que era verdad, y luego, yendo a Guatemala, me enteré de muchas dudas. Era un proceso de resolver estas dudas y al final la historia es básicamente la historia que empecé pensando que era verdad, con algunos matices. Pero la respuesta es que no tenía ni idea de cómo contarla desde el principio

P: ¿Qué tan fácil fue abordar la temática con las fuentes, sobre todo con la familia que no aceptaba el reporte de la Cicig?
R: Es paso a paso, tenía que ganarme la confianza de todos, aunque están de lados muy diferentes, opuestos, sobre cuál es la realidad sobre esta historia. Yo les dije a todos que lo que quería era hacer justicia  a la historia, y estoy muy contento que aunque siguen teniendo grandes discrepancias sobre lo que realmente pasó, por lo menos respetan el espíritu del documental que era un intento honesto de contar esta historia extraordinaria de una forma clara y honesta

P: ¿Cuál fue el momento más difícil de todo el proceso del documental?
R: Probablemente al principio siempre es difícil, el no saber qué accesos podríamos tener, cómo realizarlo, cómo conseguir tanto la historia como las imágenes para contarla. Todo al principio en Guatemala era complicado, porque también tuve que conocer muchas narrativas alternativas para luego elegir la que me parecía que era la más valedera.
Y luego, en la última visita a Guatemala. Por ejemplo entrevistamos a Azizia Musa (la hija de un cliente poderoso de Rosenberg y hermana de la amante de éste), otra vez a Luis Mendizábal (un sastre y experto en inteligencia amigo de Rosenberg), y a Eduardo (el hijo de Rosenberg). Había cosas que sin este viaje no hubieran quedado tan claras para mí para contar la historia. Entonces, lo más complicado fue al principio y al final del rodaje.

P: Dada la situación que vive Guatemala, ¿Tuvieron algún problema de seguridad durante todo el proceso?
R: Tuvimos que valorar e ir paso a paso y tener consejeros muy buenos. Creo que hay dos hermanastras en Guatemala: el crimen organizado, con el que debimos valorar a quién podríamos estar tocando con esta historia, y en ese sentido creo que el hecho de ser de fuera y de ser lo más abierto posible ayudó y me sentí cada vez más seguro. No recibimos amenazas.
A nivel de crimen desorganizado, que es el que sufren todos los guatemaltecos, pues también un poco paso a paso, sintiéndonos un poco más seguros con la ayuda del equipo de trabajo local. Pero es un riesgo para todos, es un riesgo para cualquier guatemalteco.

P: ¿Qué es lo que rescata este documental de la realidad guatemalteca?
R: Me conmovió mucho hablar con los fiscales guatemaltecos, no con los internacionales sino que con los que ahora trabajan en el Ministerio Público, porque la resolución de este caso da esperanza. Porque la norma antes era que no se puede saber nada de verdad y que no se podía resolver los casos, pero este caso se resolvió, entonces da esperanza de que es posible, y yo creo que los fiscales y la gente policial pueden tomar la inspiración de este caso.

P: ¿Cuál es la reacción que has tenido hasta el momento con el documental?
R: Ha tenido un impacto tremendo por la historia, y yo creo que hay dos cosas: una es un aspecto universal, que es lo que el caso de Rodrigo Rosenberg y su historia nos dice de la naturaleza humana, porque es una tragedia, es una persona con principios buenos pero en una situación que por razones de su carácter y la situación alrededor hace una locura, pero una locura tan especial también que es el efecto del contexto, y esto es algo que impacta mucho.
La otra creo que es Guatemala en sí, el estado de impunidad y lo que esto puede hacer a las personas, a los guatemaltecos. Yo creo que la situación de impunidad no es exclusiva de Guatemala, pero Guatemala es un caso extremo.

P: ¿Estas satisfecho con el documental o pudo haber sido de otra forma?
R: Yo estoy contento como quedó porque fue un proceso difícil llegar a este corte. Claro que hay cosas que hemos grabado, hay historias, personajes que hemos grabado que me gustaría poder haber incluido pero que no caben, entonces estoy contento con la versión final.

 

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