OSCAR VIGIL / TORONTO /
La única opción para poder eliminar de una vez por todas la lucha de poder entre la Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia en El Salvador, es la redacción de una nueva Constitución de la Republica, dijo el reconocido jurista salvadoreño Félix Ulloa, durante una visita a la ciudad de Toronto.
Su lógica parte de que la actual Carta Magna que rige el país centroamericano data de los peores años del conflicto armado, la cual fue elaborada por las fuerzas dominantes de esos años, y que por lo tanto necesita ser reacomodada a la nueva realidad que vive el país.
“Tenemos problemas de redacción de las normas constitucionales, porque fueron elaboradas en el marco de la guerra en 1983, ha habido errores que han sido reconocidos por los mismos constituyentes, como es el caso del artículo 85, donde la palabra “gobierno” fue asumida como sinónimo de “ejecutivo”, pero que sirvió para que los partidos políticos se apropiaran del monopolio de la representación popular”, explicó el jurista.
Agregó que también existe una actitud de los políticos de entender la constitución según sus propios intereses, “y eso es lo que nos ha ocasionado problemas, sobre todo en esta crisis constitucional, porque los dirigentes de los partidos han privilegiado los intereses particulares de sus institutos y no han visto que las sentencias de la Sala de lo Constitucional han abierto una avenida anchísima, una amplia avenida, para transitar con reformas que nos llevarían a la modernización y a la democratización del sistema político y del sistema electoral”.
En meses pasados se desató una fuerte medición de fuerzas entre los órganos legislativo y judicial salvadoreño, a raíz de que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la elección de varios magistrados hecha por la Asamblea Legislativa.
Ante la declaratoria de inconstitucionalidad, la Asamblea Legislativa se negó a cumplir con el fallo del órgano constitucionalista, y fue necesaria la intervención del presidente de la Republica, Mauricio Funes, para que el órgano legislativo aceptara la sentencia y realizara una nueva elección.
Similar situación vive nuevamente en estos momentos el país centroamericano por la elección del nuevo Fiscal General de la Republica. La elección hecha a última hora en marzo de este año por la saliente Asamblea Legislativa también fue declarada inconstitucional por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, y los diputados llevan ya mas de un mes de retraso en las negociaciones para la nueva elección del funcionario, en medio de un escandalo de supuesta compra de votos por parte del grupo de partidos ligados al gobierno.
Ulloa, un prominente abogado que ha sido miembro del Tribunal Supremo Electoral de El Salvador, que ha trabajado para la Organización de Naciones Unidas, y que fue quien presentó un recurso de inconstitucionalidad gracias al cual ahora los salvadoreños ya pueden votar por los rostros de candidatos y no solo por las banderas de los partidos políticos, llegó a Toronto para visitar a su familia y ya estando en la ciudad sostuvo una reunión informal con miembros de la comunidad salvadoreña.
En el encuentro con sus compatriotas explicó que la crisis no obstante le ha permitido al país “examinar el nivel de balances, de pesos y contrapesos entre los tres órganos fundamentales del estado, y poder concluir que el sistema democrático funciona, pero con muchas debilidades, y que nuestro desafío será fortalecer los procesos de institucionalización y darle a cada uno de los órganos una definición clara de cuales son sus funciones para evitar que se den casos como el que se planteó”.
En este sentido, apuntó que al haber sido el presidente de la Republica un factor que jugó un papel clave en la solución de la anterior crisis, “un papel a veces correcto a veces errático”, debería reconocer su liderazgo, asumirlo con responsabilidad, y desarrollar “un proceso de consulta que nos lleve a la creación de una Asamblea Constituyente para hacer una reforma integral de la constitución y dotar a los salvadoreños de un nuevo marco jurídico institucional acorde con los nuevos tiempos”.
En su visión, esta nueva normativa debería incorporar temáticas que hace 20 años probablemente no estaban en la mente de los actores del país, pero que hoy son elementos fundamentales en muchas constituciones del mundo, tales como el tema del medio ambiente, las consultas populares, reformas al sistema político y al sistema económico, explicó.
Y la propuesta de Ulloa es concreta: que el presidente de la Republica asuma el liderazgo que tiene como primer mandatario de los salvadoreños, y que convoque a una consulta popular mediante la cual todos los sectores (partidos políticos, sociedad civil, entidades académicas, religiosas, organismos sociales, etc.) puedan expresar sus inquietudes, y que un equipo técnico sistematice todas esas mesas de trabajo.
Esa seria la base de la nueva Constitución Política que propone Ulloa, normativas que en su opinión se podrían convertir en una reforma constitucional integral que pueda ser asumida por la Asamblea Legislativa actual y ratificada por la próxima, que es el procedimiento que está establecido legalmente para hacer cabios constitucionales en el país. O que mediante la consecución de un acuerdo político, “la actual Asamblea Legislativa se convierta en Asamblea Constituyente y apruebe una nueva Constitución, que seria la Constitución del siglo 21 que todos esperamos”, apuntó.
No obstante, dados los últimos acontecimientos que han ocurrido en el ambiente político salvadoreño, la propuesta de Ulloa parecería ser difícil de concretar. El presidente Funes está enfrentado con diversos sectores de la sociedad salvadoreña, como la empresa privada e incluso el propio partido que lo llevó al poder, y dada su personalidad arrogante y confortativa, y las componendas que aparentemente tiene con algunos sectores políticos, un liderazgo de su parte en estos asuntos es poco probable.
Sin embargo Ulloa ve esa realidad precisamente como una ventana de oportunidad para El Salvador.
“Hasta este momento, el único legado que nos va a dejar el Presidente Funes es el gran endeudamiento en el que ha sumido al país. Nuestra próximas generaciones están hipotecadas, nuestros nietos y bisnietos van a tener que pagar todo los empréstitos que se han asumido en este gobierno, entonces, un poco para compensar esa gestión económica que no ha sido la mejor ni la que se esperaba, él podría dejar como legado una nueva Constitución para un nuevo país, liderando un proceso de discusión nacional, convocando a una constituyente, convocando a los sectores a una consulta nacional, a un nuevo pacto social”, explicó.
Y concluyó: “para hacer eso los mecanismos son múltiples y las metodologías diversas, y las personas que están dispuestas a participar en ellas somos muchos que podríamos aportar si el presidente toma este desafío, asume esta responsabilidad y decide ejercer en este periodo que le queda de su mandato el liderazgo que todos le concedimos en el 2009”.
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