Por Vilma Filici
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Toronto. Durante las últimas semanas han llegado muchísimos casos a mi oficina, donde solicitantes de diversos trámites migratorios han sido rechazados por distintos departamento de Inmigración Canadá. Lo que todos esos casos tienen en común es que las personas han presentado los casos por sí solos, es decir sin pedir asesoría a ningún especialista, ya sea consultor o abogado de inmigración.
La página web del Departamento de Inmigración dice en su introducción que las personas interesadas en inmigrar a Canadá no necesitan ningún tipo de asistencia para presentar su trámite, ya que toda la información necesaria se puede encontrar en esas páginas. Pero lamentablemente esto no es del todo cierto dado que la página web del Departamento de Inmigración contiene únicamente información básica, donde le explica a las personas por ejemplo qué solicitudes tiene que llenar, le entregan los formularios, los paquetes y la lista de documentos que las personas tienen que presentar, pero lo que no les dice el Departamento de Inmigración en su sitio web es que cada programa de inmigración tiene regulaciones especificas que tienen que ser cumplidas.
Y en la mayor parte de las veces, para cumplir esas regulaciones se requiere tener un conocimiento técnico que en algunas ocasiones podría estar referido nada mas a un pequeño detalle en el contexto de todo el trámite que se tiene que hacer, pero que al no responderlo adecuadamente lo que se consigue es que automáticamente el caso sea rechazado por las autoridades correspondientes. Voy a ilustrar estas situaciones con ejemplos para que quede bien claro.
A mi oficina llegó un joven con una carta del Departamento de Inmigración donde le decían que le habían rechazado su caso de patrocinio, el cual había tramitado él por sí solo. Resulta que el Departamento de Inmigración le pidió una serie de documentos y el cliente asumió que ese era un error de Inmigración, porque él ya había enviado toda esa documentación.
Lo que la persona hizo fue que envió una carta a Inmigración diciendo precisamente eso, que ya había enviado esa información anteriormente, pero lo que el Departamento de Inmigración estaba pidiendo era que se enviara la información actualizada, dado que la documentación original se había enviado hacia tres años. Entonces, el oficial de inmigración tomó esa carta como un rechazo a enviar información adicional que él necesitaba para hacer la evaluación correspondiente.
Otro caso es el de un señor que me envió toda la información por email porque lo rechazaron en un caso de trabajador calificado. La razón del rechazo fue que el oficial de inmigración no tenía pruebas de que esta persona efectivamente había trabajado en su ocupación.
La persona había enviado cartas de trabajo y un contrato de trabajo en el que decía claramente el título de la profesión que la persona iba a desarrollar, pero lo que el cliente no sabía es que en la ley de inmigración dice bien claro que la persona tiene que haber desarrollado las funciones principales de la ocupación tal y como aparecen en la clasificación de demanda ocupacional del Departamento de Recursos Humanos de Canadá.
¿Y cómo se prueba eso? Eso se prueba con un contrato en el cual se detallan específicamente las funciones que esta persona desarrolló, dado que esa es la manera en que el oficial de inmigración se va a dar cuenta si efectivamente la persona desarrolló o no las funciones como es requerido por ley. Enviando una carta donde simplemente se diga que una persona ‘x’ fue ingeniero en sistemas, que trabajó por ‘x’ tiempo, que ganó ‘x’ cantidad de dinero y que es un excelente trabajador, efectivamente no cumple los requisitos legales para que el oficial de inmigración pueda tomar una decisión y por lo tanto el caso fue rechazado.
Otro caso muy similar es el de una persona que hizo el trámite por sí solo y el Departamento de Inmigración lo rechazó porque la persona no había colocado correctamente el código de su ocupación en el formulario. Esto es porque cada ocupación en Canadá aparece en la Clasificación Nacional de Ocupaciones, que es un libro del Departamos de Recursos Humanos donde a cada ocupación se le da un código, una descripción del trabajo y dónde la persona desarrollaría ese trabajo.
Por haber puesto el código equivocado, automáticamente todo el trabajo que esta persona había hecho y toda la documentación que esta persona había presentado no sirvió para nada pues el caso fue rechazado. Parecería una tontería, pero es un código de cuatro números que representa una ocupación específica, y si la persona no sabe cómo encontrar ese número, o si ni siquiera sabe que tiene que colocar ese número y envía la solicitud con un número equivocado, ese es motivo para que un caso sea rechazado.
Otro caso es el de un abogado que era profesor de abogacía en una universidad canadiense. Él era un profesor extranjero que estaba en Canadá con permiso de trabajo, que hizo su propio trámite de inmigración y que fue rechazado porque en ese momento los abogados no estaban incluidos en la lista de demanda ocupacional. No obstante, los pasantes de abogacía si estaban incluidos en dicha lista, por lo que ese caso se solucionó volviendo a presentar la solicitud pero en esta segunda ocasión, en vez de presentarlo como abogado, se llenó la solicitud como pasante de abogacía y fue aceptado sin ningún problema.
La conclusión de todo esto es que cada caso y cada programa de inmigración tienen reglas muy específicas, las cuales son cuestiones muy técnicas. No es simplemente llenar un formulario y enviarlo, pero lamentablemente eso es lo que algunas personas a veces piensan y por tanto creen que no necesitan ayuda porque únicamente tienen que llenar ese formulario y enviarlo, y no se dan cuenta que cada pregunta en esos formulario, y cada documentos que es requerido, es necesario para asegurarse de que esta documentación y estas respuestas corresponda a la sección de ley pertinente al tipo de categoría de inmigrante por el cual la persona está haciendo el trámite.
En ese sentido, es siempre una muy buena idea asegurarse de que su trámite migratorio esté hecho por una persona que esté calificada, que tenga los conocimientos necesarios tanto académicos como técnicos y prácticos, para asegurarse de que su caso de inmigración tenga éxito.
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