Por Vilma Filici
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Toronto. La semana pasada llegó a mi oficina una muchacha, quien está desesperada porque en los últimos tres años ha gastado más de 25 mil dólares en su caso de inmigración para poder quedarse en Canadá. Ella pidió refugio y fue rechazada, hizo una apelación ante la Corte Federal que también fue rechazada, y luego conoció a una persona quien dijo ser consultora de inmigración que le propuso todo un plan para que la muchacha obtuviera la residencia permanente.
El plan consistía en buscar la ayuda de una casamentera, quien le encontraría un marido con quien se iba a casar y por tanto podrían hacer el trámite migratorio para quedarse en el país. La muchacha pagó 15 mil dólares y el joven se casó con ella, e iniciaron de inmediato el trámite, el cual supuestamente tendría que durar únicamente un año.
Efectivamente este tipo de trámites dura nada mas entre nueve meses y un año cuando el Departamento de Inmigración en Vegreville, Alberta, automáticamente acepta el caso sin necesidad de una entrevista, pero cuando es necesaria una entrevista lo que sucede es que envían el caso nuevamente a la provincia de donde es la persona para que se lleve a cabo una entrevista por un oficial de inmigración. Y esto fue lo que sucedió con esta joven, el caso fue enviado nuevamente a Ontario para que se realizara una entrevista a fin de determinar si el matrimonio era genuino.
El problema fue que el joven que se casó con esta muchacha dijo que no iba a seguir adelante con el caso y que quería el divorcio porque el tenia una novia con la que se quería casar. Dicho esto, la muchacha quedó con 15 mil dólares entregados y sin posibilidades de seguir adelante con el proceso.
Ante esta situación decidió ir a hablar nuevamente con la consultora que le estaba llevando el caso y esta mujer le dijo que por otros 20 mil dólares le procesaban el divorcio y le ayudaban a que se volviera a casar, lo cual obviamente ha dejado a la mucha desesperada, máxime teniendo ella muy claro que lo que estaba haciendo era incorrecto, que era un fraude por parte de ella y por parte de las personas que la estaban instigando y ayudando a hacer esto.
Hace más o menos un mes el Ministro de Inmigración lanzó una campaña para tratar de ayudar en la protección de los consumidores, es decir de los clientes de Inmigración, específicamente para que se protegieran contra el fraude cometido por algunos consultores, abogados y personas que no son ni consultores ni abogados pero que están de manera ilegal (como en el caso de esta muchacha) manejando casos de inmigración.
Inicialmente a mí no me pareció del todo bien la forma en que esta campaña fue lanzada, la cual decía que no permitieran que un consultor corrupto los defraudara, y que apareció en la televisión, en los periódicos, y en la página web del Departamento de Inmigración (www.cic.gc.ca), entre otros. Precisamente en el sitio web del Departamento de Inmigración, cuando uno abre la sección que habla de corrupción, se habla de abogados corruptos, de consultores corruptos y de personas corruptas que se están aprovechando de la necesidad y la vulnerabilidad de las personas, y dan toda una serie de consejos de cómo protegerse.
Por ejemplo, plantea que el tipo de frases de las cuales una persona que tiene la intención de solicitar su residencia permanente en Canadá, ya sea que viva aquí o que esté fuera del país, debe desconfiar. Frases como “le doy el 100 por ciento de garantía”, ” le voy a conseguir una oferta de trabajo cien por ciento garantizado”, “se puede casar y automáticamente va a tener su residencia permanente”, etc., o cuando abiertamente le están diciendo que van a cometer fraude, deben despertarle serias sospechas a la persona e indicarle que ese profesional, si lo es, no le conviene para que procese su caso migratorio.
La campaña insiste en que las personas deben tener cuidado de no caer víctimas o a ser cómplices de este tipo de fraudes, porque por ejemplo en el caso que acabo de explicar, la muchacha si bien es víctima de este grupo de personas que la defraudaron, también ella es cómplice y es culpable porque ella sabía lo que estaba haciendo, sabía que el matrimonio no era verdadero, sabía que estaba pagando para que este hombre se casara con ella, y que por tanto ella estaba defraudando al gobierno.
En este sentido, mi consejo de esta semana es que se debe tener mucho cuidado, que antes de tomar los servicios migratorios de una persona se debe verificar si efectivamente son abogados licenciados por la Asociación de Abogados de Canadá o si son abogados licenciado por la provincia de Quebec, o si son consultores licenciados por la Asociación Canadiense de Consultores de Inmigración.
Si la persona no pertenece a ninguna de estas tres organizaciones, si sus nombres no aparecen en las páginas web de esas tres organizaciones, particularmente en la página web de la Asociación Canadiense de Consultores de Inmigración, si el nombre de la persona no aparece en el sitio web donde aparecen los nombre de todos los miembros, quiere decir que esa persona no está autorizada para practicar leyes de inmigración y que por lo tanto usted se puede poner en problemas tomando a esta persona y pagándole dinero, y obviamente fingiendo que es usted quien está haciendo su trámite migratorio por sí mismo.
Los profesionales en el área migratoria han luchado por muchísimos años para justamente poder defender la profesión y para proteger al consumidor, y el Departamento de Inmigración ha tomado iniciativas como por ejemplo esta campaña de educación para proteger al público, pero en definitiva es el público mismo quien tiene que aprender a usar las herramientas que están a su disposición para protegerse a sí mismo.
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