PASTOR VALLE-GARAY / WELLAND, ONTARIO
Es sumamente difícil obtener boletos para las funciones del auditorio Dr. J.M. Ennis en Welland Centennial Secondary School. Con más de 600 solicitudes pendientes, la lista de espera representa años de paciencia para lograr suscribirse a las actuaciones de artistas de fama mundial patrocinadas por la Asociación de Conciertos de Welland-Port Colborne bajo la dirección artística de Stella B. Crouch.
El pasado domingo 6 de marzo no fue la excepción. Una vez más el elegante teatro se llenaría por completo. Se permitió espacio de pié. Se vendieron esas entradas en un santiamén. A pesar del intenso frío, se abarrotó el local. Más de 1400 personas acudieron a la cita. Impresionantes cifras para una ciudad de escasos 50 mil habitantes situada en una remota área de Ontario. Pero así es la magia de estos artistas cubanos dondequiera que se presentan.
La celebración universal del Día de la Mujer tampoco pasó desapercibida. Coincidió con la estructura del elenco Lizt Alfonso Dance Cuba conformado única y maravillosamente bien por mujeres, 14 bailarinas profesionales reconocidas universalmente por los críticos de arte en los más fastidiosos escenarios internacionales entre las mejores intérpretes de la danza.
Caluroso también el entusiasmo brindado al extraordinario elenco. En sus palabras de bienvenida Ms. Crouch prometió “una inolvidable noche de ritmo y color.” Así fue.
El inicio de Fuerza y Compás manifestó desde el primer instante lo espectacular del evento. En vivo y de inmediato. A medida que subía el telón, las electrizantes notas de Malagüeña, del eximio compositor cubano Ernesto Lecuona, crearon el ambiente sensual que caracterizaría la velada. La inconfundible percusión cubana, el compás de las tablas y las magistrales cuerdas de guitarras flamencas anunciaron la entrada al escenario del cautivante cuerpo de bailarinas. Músicos y bailarinas se complementarían en un embrujador, fascinante mano a mano marcado por el sonido de palmas, el chasquido de castañuelas y deliciosa algarabía, sonidos generalmente asociados con el espíritu creativo y el incontenible, espontáneo jolgorio del tablao flamenco.
Igual ocurriría con las estampas Andalucía, Gitanería, Tango del Tiempo, Alas para Existir, De Novo, Fuerza y Compás, Hombre, Elogio, Pa’Cuba Me Voy y De Tierra y Aire, bellísimas interpretaciones que arrancaron entusiasmo, aplausos y expresiones de ¡Viva Cuba! de parte del público.
Indiscutiblemente se distinguió la coreografía de la genial Lizt Alfonso, creadora, fundadora y directora artística de la compañía que para orgullo de Cuba ha llevado su nombre a todos los rincones del mundo durante casi 20 años. El profesionalismo, la precisión y la exquisita disciplina de Lizt se refleja en todos y cada uno de los más minuciosos aspectos de Danza Cuba. No hay detalle que escape y de ahí la perfección del elenco.
Se refleja también en la selección del variado y maravilloso vestuario de las artistas, en la elegancia de movimiento y en la autenticidad de la danza. Siglos antes de que la fusión estuviese de moda en la modernidad, la música de Cuba ya había combinado los elementos del “son” cubano con la guitarra española y la percusión afrocubana para crear el clásico sonido cubano que hoy identifica a la isla y deleita a nivel mundial.
Lizt permanece fiel a la tradición, la honra y la destaca espectacular, sensualmente en cada número del riquísimo repertorio. De ahí que Lizt Alfonso Danza Cuba haya recibido numerosos reconocimientos entre ellos el premio Dora Mavor Moore Award (2008), máximo galardón del teatro canadiense en la categoría de mejor coreografía por el espectáculo Viva.
Cabe reconocer también la deslumbrante actuación de las bailarinas principales Carmen Rosa López y Claudia Valdivia; de las solistas Anika Baró, Tamy González, Ana López y Giselle Molina y de las bailarinas Lilieth Acosta, Indira Álvarez, Bárbara Menéndez, Bibiana Peláez, Mónika Rodríguez, Mirelys Santana, Imaray Santos, Sandra Sardinas, Aymara Castellanos, Ana Laura García, Rachel González, Anilec León, Anabel Longo, Leyni Martínez, Judith Peña, Beatriz Álvarez y Kirenia Sotolongo.
Para ellas, para los músicos cubanos, para Lizt Alfonso y para el director de operaciones Juan Carlos Coello los merecidos y prolongados aplausos y las repetidas ovaciones en pie del público de Welland confirmaron de nuevo la extraordinaria labor desempeñada por la compañía y los merecidos éxitos de Lizt Alfonso Danza Cuba.
*Senior Scholar, Universidad de York
Fotos: Ángela Bocchicchio
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