POR GILBERTO ROGEL / TORONTO /
Después de más de 180 días de un enorme despliegue bélico, las poderosas fuerzas militares israelíes están a muy poco tiempo de ganar la guerra militar contra la organización Hamas en la región de Gaza, Palestina; sin embargo, están cada día más cerca de perder la guerra de la opinión pública a nivel mundial.
Como era de esperarse, las fuerzas israelíes han usado todo su poderoso arsenal político-militar para arrasar con toda la infraestructura civil ubicada en los territorios palestinos para justificar sus acciones, las cuales claramente han violado los derechos humanos de la población civil que aún reside allí.
Semanas atrás destacamos en este mismo espacio que nadie en su sano juicio podría justificar las acciones violentas de Hamas y sus miembros en la zona de Gaza, cuando el pasado 7 de Octubre realizaron un asalto a posiciones militares israelíes y en su accionar mataron a más de dos mil civiles, torturaron a otros más y tomaron como rehenes a varias decenas.
Por su lado, y siguiendo al pie de la letra los manuales de cómo manejar las guerras sucias, las fuerzas armadas israelíes han perfeccionado el proceso de filtraje y dosificación de la información sobre sus acciones militares en los territorios palestinos, por ello es increíble que poco se conozca de la razón por la cual uno de los ejércitos más poderosos del planeta no haya podido acabar con esta organización minúscula.
Y precisamente el tema de la población civil palestina es el gran issue de este conflicto. Cada día que pasa a nivel mundial más personas se unen al coro que demanda un cese al fuego inmediato y sobre todo que se reconozca que los líderes políticos y militares israelíes están irrespetando los derechos de miles de personas civiles, cuyo único pecado fue haber nacido en esas tierras.
Es evidente a todas luces que la comunidad internacional, está a la expectativa que este conflicto tenga un alto inmediato, pero más que todo es claro que cuando este momento llegue también los responsables de este deberán enfrentar las consecuencias político-jurídicas de sus acciones, es lo menos que se puede esperar.
El tema central detrás de todo esto es que el aparato militar israelí y los dirigentes políticos han quedado al descubierto como instituciones y personas que sistemáticamente han violado los derechos humanos de civiles.
En definitiva, es innegable que el conflicto Palestino-israelí no se solventara con millones de ayuda, armas y la desaparición de una parte; sino por el contrario, primero pasa por el reconocimiento internacional del estado Palestino como un estado soberano e independiente, y es allí en donde los israelíes están perdiendo la guerra, porque la comunidad internacional cada día respalda este camino.