POR GILBERTO ROGEL / TORONTO /
En política las casualidades no existen y mucho menos en la mente del Primer Ministro Justin Trudeau, quien con mucho bombo y platillo ha arrancado su no declarada carrera para las próximas elecciones federales del 2025, en medio de un clima de incertidumbre y con los números que no le cuadran.
Como lo señalamos en nuestras entregas anteriores, en las próximas semanas vamos a ver un desfile de los ministros liberales prometiendo que harán realidad los sueños de millones de canadienses, como por ejemplo poseer una vivienda digna, mejorar las condiciones laborales y una defensa del medio ambiente, entre lo más llamativo.
Todo indicaría que las promesas liberales van en el camino correcto. Millones de canadienses de clase media siguen soñando con una vivienda propia, un salario que con los años les permita jubilarse y gozar la vida y, sobre todo, vivir en un país en democracia y donde se respete el medio ambiente. Pero no todo es color de rosa.
En los casi 15 años de esta administración Liberal hemos escuchado y visto a sus dirigentes comprometerse con hacer cambios en muchas áreas sensibles, y en ciertas ocasiones, quizás muy pocas, hemos sentido que el país ha avanzado en el camino correcto. El mejor ejemplo fue el manejo de la pandemia del COVID-19, pese a las críticas de sectores retrógrados de derecha.
Aun y cuando parezca difícil de entender, a nivel federal los liberales han encabezado avances llamativos en el proceso de reconciliación con los pueblos originarios, una herida profunda en nuestra sociedad con una población que sigue sumida en una profunda e interminable crisis que muy pocas personas nos damos cuenta de que está frente a nuestros ojos.
Pero quizás el punto más delicado y fácil de maniobrar para fines electorales es el medio ambiente. En mi opinión y sin poseer un vehículo automotor, me atrevería a decir que Justin Trudeau ha impulsado acciones positivas, como el vilipendiado Carbon Tax, que en español sencillo vendría a ser como el impuesto a las emisiones de carbono.
Es un hecho que a nadie le gusta pagar más impuestos y mucho menos cuando luego de fuertes presiones electorales los liberales se lo quitan a ciertas provincias menos favorecidas, pero lo mantienen para el resto del país. Toda una bendición para el partido Conservador y su líder, quien ha basado toda su precampaña electoral en medias verdades sobre este impuesto.
El controvertido líder conservador desde ya se hace los bigotes mirando los números de la mayoría de las encuestas políticas que le dan una mayoría de cerca de 20 puntos sobre los liberales, sin embargo, como ha ocurrido en las últimas elecciones, los liberales son especialistas en remontar números adversos, y si no lo logran saben que podrían contar con un socio conocido: el NDP.
Bueno, en resumen, según el acuerdo Liberal-NDP la próxima elección federal debería realizarse en Junio del 2025, así que en los próximos 14 meses nos vamos a deleitar con la mejor versión de los políticos canadienses, y ojalá en esta ocasión si cumplan lo que prometen, entretenernos.