Por Vilma Filici
filici@filici.com
TORONTO. Una de las noticias más importantes que ha acaparado la atención de la ciudadanía canadiense en los últimos días es la muerte del ex primer ministro Brian Mulroney, cuyos restos, al escribir esta columna, están siendo velados en el Parlamento Federal, en Ottawa, como parte de un funeral oficial que merece por el papel que jugó en la vida del país.
Es muy interesante, cuando leemos los obituarios, ver la historia acerca de él, porque todo el mundo lo recuerda por haber firmado el Tratado de Libre Comercio con México y Estados Unidos, pero cuando yo pienso en Brian Mulroney y pienso en su gobierno, lo que me viene a la mente es que fue durante su gestión y la de su ministra de inmigración, Barbara McDougall, que se dieron los dos últimos programas de regularización más importantes, y en los cuales se ha dado el mayor número de personas regularizadas en la historia de la inmigración canadiense.
Fue durante su mandato que se creó el programa que se llamaba Revisión Administrativa (Administrative Review), a causa de la decisión de la Corte Suprema sobre el caso Singh en 1985, donde se regularizaron más de 60,000 personas. Y después, en 1989, se crea otro programa donde se regularizaron 125,000 personas.
Para las personas que obtuvieron su residencia permanente en ese momento hubo dos programas excepcionales, los cuales también asustaron muchísimo a los políticos porque la gente quedó con la falsa idea de que para obtener estatus en Canadá uno venía y pedía refugio sin ser refugiado, o se quedaba indocumentado. Entonces ahora, cuándo se piensa en un programa de regularización, se piensa también en estos dos programas y los efectos que pueden llegar a tener en una falsa expectativa de las personas que quieren venir a Canadá, sobre cómo se debe hacer el trámite. De hecho, en la cabeza de los burócratas seguramente están presentes estos dos programas cuando están pensando en regularización.
Esos dos programas funcionaron de manera excelente y además fueron súper rápidos en los procesamientos, porque se crearon sistemas especiales solamente para hacer los procesos de esas personas, por lo cual no interfirieron con el proceso normal o regular del Departamento de Inmigración.
Las personas iban a una entrevista y en el momento que pasaban la entrevista, el oficial de inmigración los preparaba a mano el documento de residencia permanente y la persona salía de esa entrevista con su residencia permanente en la mano. Entonces fue increíblemente eficiente en términos de procesamiento, y obviamente un promedio altísimo de personas obtuvieron su residencia permanente.
En estos momentos estamos esperando que por primera vez desde ese entonces el gobierno establezca un nuevo programa de regularización, y el ministro de inmigración dijo en diciembre del año pasado que va a presentar el proyecto de ley ante el Parlamento y que lo iba a ser en la primavera. La primavera empezó ya esta semana y todos estamos esperando que en cualquier momento se presente el proyecto de ley, y esperemos que sea aprobado para algún momento en el verano o antes de fin de año y que sea implementado.
Pero reina una confusión tremenda con las personas que se encuentran indocumentadas, quienes leen y escuchan acerca de este programa de regularización, y creen que el programa ya existe. Es importante que sepan que no, que aún no existe, que es un proyecto que tiene que ser presentado ante el Parlamento Federal y que tiene que ser aprobado antes de que se pueda implementar, y esto va a tomar tiempo.
Otra cosa que las personas preguntan muchísimo es ¿Cómo va a funcionar el programa? En realidad aun no tenemos las pautas, no sabemos exactamente cuáles van a ser los requisitos que tienen que cumplir los indocumentados para calificar, pero basándonos en experiencias del pasado, como los dos programas que mencioné anteriormente, y basándonos en otros programas muy pequeños que se han dado, como el programa piloto de los trabajadores de la construcción de la zona metropolitana de Toronto, podemos darnos una idea de cuáles van a ser los requisitos.
Obviamente las personas van a tener que haber estado en el país por un cierto tiempo, que no sabemos cuánto tiempo va a ser. Van a tener que pasar admisibilidad, es decir que van a tener que pasar los exámenes médicos y también los chequeos de criminalidad. Probablemente haya también algún requisito de idioma que tengan que cumplir, y van a tener que demostrar establecimiento en Canadá, es decir que han trabajado, han estudiado, etc.
Imagino que el hecho de que tengan niños nacidos en el país, o que han llegado de chiquitos y que han vivido la mayor parte de su vida en Canadá va a ser tomado en consideración, porque siempre se tiene que velar por el mejor interés de los niños afectados por una aplicación. Esos creo que son algunos de los requisitos que las personas probablemente tengan que cumplir, pero es cuestión de esperar.
Durante los últimos días hemos tenido muchas manifestaciones, demostraciones a través del país, pidiéndole al gobierno que se implemente este programa, porque ya lo han prometido en los últimos dos gobiernos de Justin Trudeau. Y sabemos que en los últimos dos gobiernos también la Carta de Mandato a los ministros de inmigración fue la creación de este programa de regularización.
En ese sentido, sabemos que el mandato es que tienen que crear el programa, así que lo que a mí me preocupa personalmente es que se desarrolle el programa de inmediato, que se apruebe el programa antes de que haya un cambio de gobierno, porque el año que viene tenemos elecciones federales y si hay un cambio de gobierno este proyecto se va a caer, como se cayó en el 2005. En ese año había también una iniciativa muy importante para la regularización de los indocumentados, estaba todo casi preparado para que se presentara el programa, pero hubo elecciones, cayó el gobierno y el nuevo gobierno no lo retomó y quedó en la nada.
Así, las marchas son súper importantes, la participación de las personas en estas marchas, no solamente las personas indocumentadas sino que todos los que apoyan a los indocumentados a través del país, y también es importante que las personas hagan saber su parecer acerca de regularizar a los indocumentados, escribiéndole a su miembro del parlamento. De hecho hay peticiones que están en la web donde uno solamente tiene que poner sus datos y enviar la carta que ya está preparada.
La presión a las autoridades es importante, y hay que tener en cuenta, y hacerlo notar, que estas son personas que ya se encuentran en el país y que son personas de gran valor para la economía canadiense, pues están llenando plazas de trabajo y están pagando impuestos.
Son cientos de miles de personas indocumentadas las que hay en el país. Yo trato con muchas de ellas todos los días de mi vida aquí en la oficina y son personas súper trabajadoras, ya están establecidas, están aportando de manera positiva con sus trabajos, estimulan la economía.
Tenemos personas que sus hijos han pasado por todo el proceso educativo y se encuentran estudiando en la Universidad. Algunos están estudiando en programas especiales que existen para estudiantes sin estatus, pero otras sus padres están pagando como estudiantes internacionales para que puedan seguir sus estudios. Están llenando plazas laborales en la construcción, en servicios, muchas tienen sus propias compañías e incluso le están dando trabajo a ciudadanos canadienses y residentes permanentes.
Entonces, es imperativo que se los regularice, ya están aquí, ya están establecidos, el gobierno no tiene que gastar un centavo en ayudarlos con el asentamiento, y sacarlos del país le va a costar una fortuna al gobierno al deportarlos, porque se estima que hay entre 600,000 y 1,000,000 de indocumentados en todo Canadá. Entonces, sacarlos del país va a costar muchísimo dinero, y van a quedar vacíos importantes en las diferentes industrias que van a afectar a la economía canadiense.