FRANCISCO REYES / TORONTO / El próximo seis de noviembre Toronto será testigo de un acontecimiento digno de anotar en el calendario: se llevará a cabo la apertura de la exhibición retrospectiva de las obras del pintor chileno-canadiense Luis Ramírez.
El evento incluirá un concierto de música y de danzas chilenas, y se llevará a cabo en las instalaciones del Colombo Centre, ubicadas en la intersección de las calles Lawrence West y Dufferin, en la zona noroeste de la ciudad.
La actividad artística fue dada a conocer el pasado martes 9 de septiembre en el salón principal de la Westminster Baptist Church, del área de Jane y Finch, que contó con la participación de un selecto grupo de amantes de las artes plásticas.
Ramírez llegó a Canadá en 1986, en una de las últimas oleadas de exiliados chilenos que salieron de su país escapando de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Como ocurre con la mayoría de inmigrantes, tuvo que luchar a contratiempo para adaptarse al nuevo ambiente que le ofrecía Canadá, pero encontró en la pintura una forma de identificarse con la nueva realidad que enfrentaba.
El salón principal de la iglesia estuvo decorado con algunos de los cuadros que forman parte de la retrospectiva y muestran elementos tanto de su tierra natal, Chile, como de su patria adoptiva, Canadá, y de otros países que ha recorrido “bebiendo” el colorido de los diferentes paisajes que ha incorporado vívidamente a sus obras.
Los asistentes al anuncio de la retrospectiva de noviembre pudieron apreciar obras tales como “Descargando Pescado”, que evoca a los pescadores de las islas de Chiloé, en extremo sur de Chile. “Reflejo en el Lago”, un paisaje típico de las Montañas Rocosas canadienses. “Después de la Escuela”, en la que un grupo de estudiantes ha salido del autobús escolar tras una nevada invernal. “María con su Hijo”, antropológicamente de tipo andino que se refleja en los rostros de sus personajes, como en la construcción de la vivienda, al fondo. Y “Al Acecho”, obra de movimiento aparente, en la que un tigre, intentando mimetizarse con el yerbajo, tiene la vista fija en su presa potencial.
Ramírez se define a sí mismo, según expresó, como pintor del Realismo Impresionista, en el que se manifiesta toda la sensibilidad para que la obra parezca fotográfica, sino completamente real.
Muchos de sus cuadros forman parte de galerías nacionales de países latinoamericanos, entre ellos, El Salvador, República Dominicana, Chile, Perú, Argentina, Ecuador, Cuba, Venezuela, entre otros. También decoran embajadas latinoamericanas en Europa.
Pero una hora antes de esa actividad, en el mismo lugar de la exhibición, el Colombo Centre, habrá un homenaje literario al poeta Nicanor Parra y a los poetas chilenos que, como él, habrían alcanzado los cien años de edad, si no se hubieran “marchado” a destiempo, según dio a conocer Margarita Feliciano, como parte de la celebración del Festival de la Imagen y la Palabra, desde finales de septiembre y todo octubre, que coincide con el “Mes de la Herencia Hispana”.
Margarita, directora del festival, también anunció junto a Luis Ramírez la publicación de la Biografía y el Catálogo de la exposición de este pintor internacional, que estará a cargo de Editorial Antares.
El libro tendrá una edición especial muy reducida, con el aporte financiero de patrocinadores que verán sus nombres aparecer en las páginas finales de la obra, como muestra de gratitud a los que deseen hacer su aporte económico para ese fin.
Ramírez, quien es además músico y filántropo, creó en El Salvador un movimiento cultural que busca proyectar el Realismo Impresionista por esas latitudes tropicales.
“Estoy tratando de crear una corriente pictórica con mis obras. Cuando se siembra la semilla de la cultura, uno deja una huella. Cuando muera… moriré feliz, porque va a quedar una obra que otros le darán continuación”, expresó Ramírez, respondiendo a preguntas de los asistentes.
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