En 1989 el gobierno conservador de Brian Mulroney aprobó una moción parlamentaria para erradicar la pobreza infantil, con la llegada del nuevo milenio en el año 2000.
Un cuarto de siglo después, la situación de la niñez canadiense ha empeorado. En el año de dicha moción, había en el país 912,000 niños pobres. En el 2011 las cifras registraron 967,000 menores viviendo en condiciones de pobreza extrema.
A principio de este año, cifras de Canada Revenue Agency revelaron 1.8 millones de familias pobres (86% de los matrimonios con hijos menores de 18 años) con ingresos inferiores a los $20,000 dólares, según se desprende del conflicto entre el primer ministro Stephen Harper y su ex ministro de Finanzas, el fenecido Jim Flaherty, obligado a renunciar del gabinete conservador el pasado marzo, por la disparidad en los beneficios del impuesto sobre la renta.
El pasado miércoles 27 de agosto, una coalición de activistas comunitarios y agencias sociales de Toronto reveló que hay diseminados por los vecindarios pobres de la ciudad unos 179,000 niños procedentes de familias con bajos ingresos económicos. Esto es, el 29% de la población infantil de la ciudad principal de Canadá.
La coalición destaca que Toronto comparte con Saint John (NB) la tasa de pobreza infantil más elevada de las 13 ciudades principales de Canadá. “La pobreza infantil -deplora la coalición- ha alcanzado niveles epidémicos” alarmantes.
De acuerdo con datos de la coalición, el 40% de los 140 vecindarios de Toronto tiene una tasa de pobreza infantil de 30% o más, comparada con la tasa del 2012, de la Oficina de Estadísticas de Canadá, agregando que hay vecindarios donde ésta se eleva al 50%, como ocurre en los barrios de Regent Park, Moss Park y Thorncliffe Park.
En los vecindarios del noroeste de la ciudad, que incluye el área de Jane y Finch, las tasas oscilan entre el 40% y el 63%, según se observa en el mapa que acompaña al informe.
La coalición, integrada por Children’s Aid Society, Alliance for a Poverty-Free Toronto, Family Services Toronto y Social Planning Toronto, entre otras, hizo un llamado a los principales candidatos a alcaldes para que dieran a conocer sus puntos de vista y el compromiso electoral para erradicar la pobreza en esta ciudad.
El jueves 28, los candidatos a la alcaldía Olivia Chow, John Tory y David Soknacki, atendiendo al llamado de los grupos que integran la coalición, se expresaron libremente en torno a tres temas importantes que ayudarían a disminuir la pobreza: vivienda de fácil adquisición, atención adecuada a la niñez y fuentes de trabajo. El alcalde Rob Ford, que busca la reelección, fue el gran ausente.
Los residentes de los vecindarios pobres deberían emplazar también a los que aspiran a representarlos en el Consejo Municipal, para conocer los programas que los aspirantes a concejales planean desarrollar para los próximos cuatro años.
Como se deduce de los datos arriba indicados, la pobreza infantil ha aumentado en Canadá a 2,200 niños por año desde 1989 al 2012. Casi una séptima parte de la población infantil pobre de este país reside en los vecindarios de Toronto, habitados mayormente por familias inmigrantes procedentes de África, América Latina, El Caribe, Asia y Oriente Medio.
Hay que acentuar que son las comunidades étnicas de Toronto las más afectadas por el flagelo de la pobreza infantil epidémica, que refleja la indiferencia de los dirigentes políticos canadienses.
A 25 años de una resolución parlamentaria no se ha visto una estrategia nacional que ponga fin a la pobreza infantil en Canadá. De 1989 a esta fecha han pasado cinco primeros ministros (incluyendo interinamente una mujer) y nada o muy poco se ha hecho para solucionar la situación de los niños pobres del país.
El pasado abril, el Consejo Municipal de Toronto aprobó por unanimidad una moción para poner en marcha al comienzo del 2015 una estrategia de desarrollo que ponga fin al problema. Será tarea del nuevo gobierno municipal hacer realidad la iniciativa.
Sin embargo, si a nivel de los gobiernos, tanto provincial como federal, no se ha visto la buena voluntad de los dirigentes políticos, es probable que a nivel municipal se haga muy poco si las nuevas autoridades de Toronto no presionan hacia arriba para lograr los fondos y las exenciones de impuestos necesarios para erradicar la pobreza infantil.
Quizás sea necesario tomar en cuenta las recomendaciones hechas por Campaign 2000 en su reporte anual del 2013. Pero también se hace necesario que las familias de bajos ingresos paguen menos por el servicio de la TTC.
Hay que recordar que el transporte y la renta devoran el magro presupuesto de las familias pobres dejando poco para la alimentación. No es accidental que los niños suman el 36% de los usuarios de los bancos de comida. No sabemos cuál es el porcentaje en las tiendas de segunda mano.
El informe de la coalición de Toronto debe mover no sólo a los gobiernos y a los políticos de la oposición para aunar esfuerzos en la solución de la pobreza infantil, sino también al sector privado y a las iglesias, de modo que la epidemia sea atacada por todos los flancos y no siga flagelando a la niñez canadiense, sobre todo a los vulnerables: los hijos de los inmigrantes pobres.
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